El jefe de gobierno reconoció que la llegada en 2013 del contingente militar galo detuvo la ofensiva de las entidades islamistas, cuyo avance llegó a amenazar esta capital, pero significó que la asistencia degeneró en lo que calificó de “una partición de facto del país”.
La alocución del primer ministro forma parte de las grietas en la relación bilateral, depauperadas desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, criticó la reticencia de la junta que gobierna Mali en fijar una fecha para elecciones generales y el retorno a la constitucionalidad.
En mayo de 2021 militares amotinados capturaron al presidente Ba N’Daou, al primer ministro Moctar Ouane y al ministro de Defensa Souleymane Doucouré, todos de facto , designmados desde la asonada castrense del año anterior, y los despojaron de sus cargos.
El líder del golpe, el coronel Assimi Goita, anunció que en el curso de 2022 convocaría elecciones, pero sin fijar fecha, lo que causó que la Comisión Económica de África Occidental decretara medidas punitivas.
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