Según la Aduana, la balanza comercial sufrió por un aumento de las importaciones, fijado en un 18,8 por ciento, después de la disminución de un 13 por ciento en 2020, mientras las exportaciones crecieron el año pasado un 17 por ciento.
Además del sector energético, los productos manufacturados también tuvieron un impacto importante en el déficit.
De acuerdo con el ministro delegado para el Comercio Exterior, Franck Riester, el retroceso en el intercambio comercial fue tan pronunciado por la factura energética, estimada en casi 18 mil millones de euros.
También influyó bastante que áreas fuertes en materia de exportación siguieron por debajo de su nivel en 2019, como la aeronáutica, situada al 57 por ciento en comparación con el comienzo de la pandemia de la Covid-19, comentó a periodistas.
Riester declaró que el déficit comercial del año pasado puede igualmente atribuirse al vigor de la recuperación económica en Francia, cuyo Producto Interno Bruto creció un siete por ciento, el cual influyó en la importación de bienes de consumo.
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