Los organizadores consiguieron reunir a científicos, instituciones multinacionales, organizaciones conservacionistas, inversores, políticos y jefes de Estado, aunque por el momento no se conocen los nombres de los que realmente asistirán.
“Los científicos esperamos mucho de esta cumbre, no sabemos hasta cuándo el océano podrá desempeñar su papel de regulador del clima”, aseguró Francoise Gaill, investigadora del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, durante una rueda de prensa inicial.
A su vez Peter Thomson, enviado especial de la ONU para los océanos, señaló que “la salud de los océanos está disminuyendo, pero podemos detenerla ya en 2022”.
Si bien los objetivos del encuentro son ambiciosos, los detalles del programa no definen claramente la amplitud de las propuestas, por lo que muchas asociaciones lamentaron que ciertos temas, como la pesca industrial, no se encuentren en el centro de los debates.
Entre los aspectos a abordar se encuentran la contaminación por plásticos, que será discutido el viernes al término de un intercambio entre jefes de Estado, un tratado que regule la gestión de los mares y la protección de la biodiversidad, cuyo acuerdo debería cerrarse en marzo en Nueva York, y la reducción de la contaminación originada por el transporte marítimo.
Según la ministra francesa del Mar, Annick Girardin, “todos los días pedimos productos que se transportan en barco”, el problema es que genera casi el 3 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y de una gran cantidad de contaminación, por lo que confió en que la cumbre implique “a los grandes armadores y a los puertos” en la mejora del transporte marítimo.
Sobre las zonas marinas protegidas se espera que el presidente Emmanuel Macron anuncie, al término de la cumbre, la ampliación de la reserva marina de los Territorios del Sur en el océano Índico y en la Polinesia, en el océano Pacífico.
Otros temas más controvertidos son la pesca industrial y los buques factoría, cuestiones que diversas organizaciones lamentan no se encuentren en la agenda del encuentro, y el desarrollo de la minería submarina, que pese a la petición de decenas de Estados e incluso multinacionales para establecer una moratoria Francia se ha abstenido de respaldarla.
Muchas asociaciones temen que la cumbre sea una oportunidad para que, por el contrario, los Estados y las multinacionales acentúen el desarrollo de la industria minera y la explotación de los recursos submarinos.
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