Tras el encuentro de este viernes entre la canciller británica Liz, Truss, que funge también como jefa negociadora; y el vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic, Londres se limitó a informar que las partes habían concordado en la necesidad de avanzar en las conversaciones, y resolvieron mantener los contactos.
Previo a su tercera reunión en persona con Sefcovic en apenas dos meses, Truss dijo que resolver el problema del protocolo norirlandés era una prioridad absoluta para ella.
Como parte del Tratado de Retirada que marcó la salida definitiva del Reino Unido de la UE, el 31 de diciembre de 2020, Irlanda del Norte se mantuvo dentro del mercado único y la unión aduanera europeos para evitar el establecimiento de una frontera física con Irlanda.
El llamado protocolo norirlandés establece que todas las mercancías procedentes de Gran Bretaña tienen que ser sometidas a controles sanitarios antes de entrar a esa provincia, con el fin de comprobar que cumplen con las regulaciones europeas.
La medida provoca, sin embargo, demoras en el trasiego de las mercancías y es rechazada por los unionistas norirlandeses, quienes consideran que el acuerdo pone en peligro su relación estrecha con Londres, por lo que piden su derogación o negociación, algo que el bloque europeo expresa no estar dispuesto a hacer.
La semana pasada, el jefe del Gobierno semiautónomo de Irlanda del Norte, el unionista Paul Givan, renunció, en protesta contra la implementación del protocolo.
La decisión de Givan provocó la salida automática de la viceprimera ministra Michelle O’Neill y dirigente del nacionalista Sinn Fein, quien compartía el poder con el Partido Democrático Unionista como parte de los acuerdos del Viernes Santo, que trajeron la paz a esa provincia británica en 1998.
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