El concierto de los talentosos músicos, a horas de retornar a la Patria, devino una mezcla de sentimientos de hermandad entre ambos pueblos y permitió abrir la nueva sede para la difusión de obras de creadores latinoamericanos, según manifestó el coordinador de la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá (Amcrp), Humberto Pérez, promotor de la iniciativa.
Israel Rojas y su inseparable compañero Yoel Martínez animaron con sus populares canciones como Catalejo, Valientes y Pi 3,14, entre otras, a un público diverso de amigos de la solidaridad con la isla, parlamentarios, representantes diplomáticos de la nación antillana y de Venezuela, miembros de la Amcrp, líderes sindicales y niños, quienes juntaron voces también para condenar el bloqueo de Estados Unidos a la Isla.
Invitados especiales como el periodista español Ignacio Ramonet afirmaron sentirse impactados por todo lo que puede contribuir el arte a la defensa de la soberanía, y el derecho de un pueblo digno a forjar su propio futuro.
Tanto Rojas como Lazo y Ramonet explicaron al auditorio que nada ni nadie pudo empañar la velada, en alusión a un grupúsculo de contrarrevolucionarios cubanos que intentaron desde los exteriores del inmueble boicotear el encuentro con consignas de odio, para luego marcharse a recibir la correspondiente remuneración por la encomienda.
A los que odian, les dijo el profesor universitario Lazo, una rosa blanca, como nos enseñara nuestro Héroe Nacional, José Martí.
A la cita acudieron también trovadores panameños de la altura de Rómulo Castro para fundirse con Buena Fe y ofrecer sus temas, entre ellos Donde nos lleva la vida, Vuelven a volar las mariposas y La Rosa de los Vientos.
La jornada inició temprano al mediodía de este sábado cuando Lazo e integrantes de Buena Fe acompañaron a la Amcrp en una marcha por céntricas calles de la capital panameña portando a la Virgen de la Caridad del Cobre para demandar el fin de las sanciones impuestas por Washington a la nación caribeña.
Los participantes en la peregrinación partieron desde la Iglesia Don Bosco, de esta capital, hasta la Casa Cuba, donde encontró asiento la venerada Virgen que popularmente llaman Cachita, y fuera bendecida aquí por Monseñor José Domingo Ulloa, Arzobispo Metropolitano de Panamá.
En las palabras de la liturgia, a la que asistió también la embajadora de Cuba en el istmo, Lydia Margarita González, el líder religioso afirmó que hablar de la Caridad del Cobre es una forma de reconocer el alma del pueblo cubano y a la conciencia de su identidad.
Ella, al igual que la bandera, según expresó, une a todos en la espiritualidad y es símbolo de cubanía, por lo que representa para la identidad, la integración, la unidad y reconciliación entre todos. Una mujer que se venera en El Cobre, pero se lleva en el corazón de todos los cubanos, remarcó.
Ulloa también donó a la Casa Cuba una efigie de la Virgen Santa María La Antigua, reconocida desde el año 2000 como Patrona de Panamá, otro símbolo de lo que significa la mujer, creadora de la vida y ser venerado, indicó.
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