Existe una campaña de las fuerzas políticas para empañar la imagen del Ejército sudanés y presentarlo como contrario al cambio democrático en Sudán, declaró el teniente general Karar en una entrevista con la cadena de televisión al Hilal.
Las asonadas de 1958, 1969 y 1989 fueron organizadas por las fuerzas políticas a través de sus células en el Ejército, añadió el alto mando durante la comparecencia televisada, el pasado día 15.
Una jornada antes, el 14, el líder golpista general Abdel Fattah al Burhan, en su condición del comandante en jefe del Ejército, despidió a cientos de militares del cuerpo.
Al Burhan encabezó el 25 de octubre del año pasado un golpe militar y mediante un acuerdo posterior, el 21 de noviembre, repuso al primer ministro Abdallah Hamdok para continuar la transición en marcha desde el derrocamiento del entonces presidente Omar al Bashir, en abril de 2019.
Karar dijo, además, que los llamamientos tras la «revolución» de diciembre (2018, que derrotó posteriormente a al Bashir) para reestructurar el cuerpo armado sobre nuevas bases, significan eliminar elementos del antiguo régimen de las Fuerzas Armadas e incluir elementos patrióticos.
«El Ejército debe ser el Ejército de Sudán, como gritan los manifestantes…expresó tras afirmar que las Fuerzas Armadas no deben estar afiliadas políticamente.
El portavoz del Ejército sudanés, coronel Nabil Abdallah, no determinó el número ni el rango de los oficiales retirados.
Estas medidas forman parte de los procedimientos regulares que se llevan a cabo de acuerdo con las leyes y reglamentos de las Fuerzas Armadas anualmente para mantener la jerarquía del Ejército, espetó el vocero.
Sin embargo, el portal Sudan Tribune reveló que consultó las listas de los oficiales destituidos, que en su mayoría son tenientes, mayores, tenientes coroneles y coroneles.
Al Burhan, quien es además presidente del Consejo Soberano de Transición (la máxima instancia hasta la probable celebración de elecciones en 2023), reiteró recientemente que solo entregarán el poder a un gobierno elegido o por consenso nacional.
Sudán está sumido en la inestabilidad política desde la derrota de al Bashir, pero el golpe profundizó la crisis.
Desde hace tres meses manifestantes en la calle, con saldo de 81 muertos, han exigido el retorno de los militares a los cuarteles y el establecimiento de un gobierno civil.
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