Las declaraciones en defensa propia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, están marcadas por los cambios de contenido, sin embargo, no sólo conserva simpatías entre los electores, sino que se consolidaron ayer con una concentración de apoyo y en rechazo del líder del PP, Pablo Casado.
Mientras Ayuso, en apariencia, adelantó con normalidad que retomará este lunes su agenda de trabajo, Casado convocó a una reunión del Comité de Dirección de la principal formación opositora del país ibérico, con algunas variables en el ambiente, como la de anunciar un congreso extraordinario.
“Estamos viendo lo peor de la política (…) le hace mucho daño a España (…) están inhabilitados para gobernar”, declaró la vicepresidenta segunda y ministra del Trabajo, Yolanda Díaz.
Otras reacciones en redes sociales llamaron la atención de que, pese a las contradicciones de Díaz Ayuso de la manifestación de respaldo a la dirigente de Madrid, pasando por alto todo el entramado de corrupción que acompaña al caso.
La titular de la capital española dijo en una primera declaración que no había intervenido en toda su vida en ningún contrato, “no tengo ninguna relación laboral con mi familia (…), pregunté a mi hermano y me confirmó que había mantenido relaciones comerciales con esa empresa (…), sé que hay una comisión, pero no sé de cuánto (…)”.
A insistencia de uno de los llamados barones más influyentes del PP, Alberto Núñez Feijoo, finalmente Casado se reunió con Ayuso dos veces, pero en las dos oportunidades desde su cuartel general en la Puerta del Sol salió la misma frase: “reunión infructuosa”.
No es exactamente lo que buscaba Núñez Feijoo, jefe de la Xunta de Galicia y para muchos la figura de mayor influencia del PP en toda España.
Las ambiciones de la política con elevadas simpatías en la capital del país ibérico quedaron en evidencia el pasado año. Emprendió una gira por Estados Unidos buscando alianzas con ciudades y proyectándose entre sectores conservadores como una voz hispana en esa dirección.
Luego en lo interno, comenzó a incomodar a Casado y su equipo al lanzarse en campaña por tomar las riendas de su partido en la comunidad de Madrid, al tiempo que era señalada por los medios como una eventual candidata a la Moncloa (Gobierno Nacional) con bastante apoyo popular.
Gana terreno ahora la idea de un congreso extraordinario del PP que ya solicitan algunos cargos del partido para buscar una salida a la guerra interna entre Casado y Ayuso, quien pese a estar salpicada por cobro de comisiones de su hermano para la compra de mascarillas, parece fortalecida.
En un análisis del caso, el diario El País tituló, bajo la firma de José Manuel Romero, que “Un Ayuso hizo negocio con la pandemia”, en referencia a Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta madrileña, quien contrató a una empresa por 1,5 millones de euros para la adquisición de material sanitario.
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