La directora del CIGB, Marta Ayala, precisó que también se investiga la utilización del producto como alternativa terapéutica en carcinoma escamoso de cabeza y cuello.
Contar con el HeberFERON es una ventaja para la calidad de vida de los pacientes aquejados por carcinoma basocelular, pues aproximadamente el 90 por ciento de las lesiones surgen en el rostro y la primera opción terapéutica indicada es la cirugía, lo cual puede dejar secuelas estéticas.
El medicamento, resaltó, es aplicable a esa dolencia maligna de la piel de cualquier subtipo, tamaño y localización, lo mismo en una persona joven o adulta, sin generar efectos adversos significativos.
Hasta el presente más de cuatro mil pacientes de todo el país fueron beneficiados con su empleo, teniendo resultados favorables en el control y mejoría de esa neoplasia, destacó Ayala citada por el diario Granma.
Si los resultados son los esperados, entre finales de 2022 y el primer semestre de 2023 podría estar listo el registro sanitario.
Recuerda el rotativo que el HeberFERON pasó a formar parte del protocolo de tratamiento contra el coronavirus SARS–CoV-2, causante de la Covid-19, y le fue administrado a pacientes de alto riesgo, embarazadas y niños.
Fue su notable efectividad en negativizar a los enfermos a pocos días de aplicar la primera dosis y en potenciar la respuesta antinflamatoria, elemento clave en la disminución de la cifra de pacientes en estado grave y crítico.
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