La disposición, dada a conocer el pasado 14 de febrero, señala que la jornada de asueto se enmarca en la semana de carnavales, tradicionales festejos anteriormente suspendidos debido al auge de la Covid-19
La normativa, firmada además por la ministra de Gobierno, Janaina Tewaney, aclara que no está prohibido el movimiento de personas hacia áreas de esparcimiento, al tiempo que indica que también el 1 de marzo es libre por mandato legal.
Los traslados de ciudadanos hacia lugares de ocio, agrega el documento, es un factor importante para la reactivación económica y la promoción del turismo en la nación centroamericana.
La medida exceptúa a instituciones que por razones del servicio que prestan continúan funcionando como las de salud, correos, bomberos, Sistema Nacional de Protección Civil, migración, canal de Panamá, puertos, transporte, aeronáutica, aduanas, la fuerza pública y la empresa eléctrica, entre otras.
El pasado 27 de enero, el Ministerio de Salud (Minsa) suspendió en todo el istmo los tradicionales carnavales, por segundo año consecutivo, debido a la propagación del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la dolencia y la presencia de la variante Ómicron, más contagiosa.
La restricción prohíbe realizar fiestas públicas como bailables y las llamadas cantaderas, en espacios abiertos o cerrados, en jardines, cantinas, discotecas y similares.
Respaldada por la mayoría de las alcaldías del istmo, la norma entró en vigor el pasado 25 de febrero y se extenderá hasta el domingo 6 de marzo de 2022.
Las autoridades sanitarias, de seguridad pública y la Fuerza de Tarea Conjunta fiscalizan el cumplimiento de las medidas establecidas y ya anunciaron que podrían imponer penalidades de hasta cinco mil dólares a quienes las infrinjan.
El Minsa en sus comunicados diarios insiste en que Panamá aún no ha salido de la cuarta ola de la dolencia iniciada en diciembre de 2021 y exhorta a no bajar la guardia hasta vencer sus consecuencias.
El pico de la Covid-19 aquí se registró en enero último cuando se confirmaron 12 mil nuevos casos diarios y una tasa de positividad superior al 36 por ciento.
En las últimas semanas esos indicadores disminuyeron considerablemente, de acuerdo con la ministra de Salud encargada, Ivette Berríos, pero todavía el país está lejos de decretar el fin de la pandemia.
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