La principal interrogante del momento se despejó anoche, cuando el presidente Emmanuel Macron oficializó que buscará la reelección en los comicios del 10 de abril, los cuales tendrán el balotaje dos semanas después.
Apenas 24 horas antes del fin del plazo para confirmar las aspiraciones, fue divulgada una carta del mandatario dirigida a los franceses, en la que dijo ser candidato para defender «nuestros valores» en un mundo amenazante y para preparar el futuro de «nuestros niños».
También pretendo inventar junto a ustedes una respuesta francesa y europea singular a los desafíos del siglo, subrayó.
En realidad, nadie dudaba en Francia de que Macron intentaría la reelección, aupado por una clara ventaja en las encuestas y un 40 por ciento de popularidad, mejor que la de sus predecesores Francois Hollande y Nicolas Sarkozy al concluir el mandato de cinco años.
Macron y su entorno atribuían la dilación al interés en priorizar la atención a la pandemia de la Covid-19 y al conflicto en Ucrania, sin calmar las críticas de quienes advertían que de cualquier manera él ya estaba en campaña, «aprovechando el cargo para hacerla».
Los sondeos no dejan dudas de la presencia del jefe de Estado en la segunda vuelta, pese a errores reconocidos por el gobierno en el manejo de la pandemia y el aumento del costo de la vida, con el deterioro del poder adquisitivo ciudadano, la principal preocupación de los electores de cara a la cita en las urnas.
Detrás de Macron (25 por ciento), las encuestas reflejan a cuatro políticos con opciones de enfrentarlo en el balotaje: los ultraderechistas Marine Le Pen (16) y Eric Zemmour (15), la conservadora Valérie Pécresse (13-14) y el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon (12-13).
Más alejados marchan en los estudios de opinión consolidados el ecologista Yannick Jadot (cinco por ciento), el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel (cuatro) y la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo (dos).
Todos, salvo Macron, habían anunciado su candidatura meses atrás y todos cumplieron el particular requisito de los apadrinamientos para validar la posibilidad de participar en la carrera por el Palacio del Elíseo.
Este viernes cerró el plazo para que los aspirantes consiguieran los 500 patrocinios de alcaldes, concejales y parlamentarios, un parámetro que data de 1962, cuando el general Charles de Gaulle lo estableció para que no compitan políticos sin un aval democrático o que no estén a la altura del cargo.
Los representantes de la extrema derecha Le Pen y Zemmour tuvieron problemas, pero esta semana superaron el límite fijado, mientras la exministra de Justicia y ganadora de la primaria popular, Christiane Taubira, dijo adiós a la carrera el miércoles, consciente de que no lograría los 500 apadrinamientos.
El lunes, el Consejo Constitucional divulgará la lista final de candidatos para las presidenciales del 10 de abril.
También hoy culminó el plazo para el registro de los votantes en las alcaldías, después de que hace dos días cerrara la posibilidad de inscribirse en línea.
Se espera que entre 48 y 50 millones de franceses conformen el padrón electoral, con el abstencionismo como una preocupación, a juzgar por los más recientes procesos en las urnas.
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