Con dedicatorias a los 40 años de esta institución cultural, igual cumpleaños de Septeto Turquino y las tres décadas del Estudio Teatral Macubá, el evento se adaptará a las circunstancias epidemiológicas de la Covid-19 que ya en el 2020 lastraron el programa de la edición 39.
Aunque en esa ocasión prevaleció la voluntad de los organizadores y se desarrollaron programaciones en la modalidad virtual, que finalizaron con la tradicional Quema del Diablo en la localidad de Barrancas, enclave del legado haitiano, se interrumpió la masividad que caracteriza al encuentro.
“Contra viento y marea” la cita se mantuvo ininterrumpidamente a contrapelo de huracanes, temblores y otros eventos naturales, así como circunstancias de inestabilidad política como fue el golpe de estado en Honduras en el 2009, cuando se rendiría homenaje a la cultura garífuna.
En esa ocasión se esperaba en la ciudad la presencia del presidente Manuel Zelaya, quien fue violentamente separado de su mandato constitucional.
Una lección aprendida por el colectivo de la Casa del Caribe y otras instituciones culturales santiagueras es la resiliencia ante embates diversos, en un empeño admirable por sostener a toda costa ese encuentro de hermanos desde la espiritualidad caribeña.
Esa vocación de resistencia que a lo largo de siglos ha mantenido viva a la cultura popular tradicional alentará el programa de actividades que pondrá a punto la Casa, con respeto a las restricciones que dicte el curso de la pandemia.
Ya fue un buen preámbulo, en enero último, el XV Coloquio Internacional consagrado a recordar a Joel James, fundador de la Casa y de los Festivales, quien dejó al fallecer en junio del 2006 un impresionante legado en la cultura cubana.
El cartel diseñado por Alexis Caballero, con sus vivos colores y las llamas que aluden al fuego de la Fiesta, es una vía muy gráfica para acompañar estas jornadas previas al verano y los preparativos para el jubileo en pleno verano.
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