Los grupos fuertemente armados exigieron anoche a las autoridades de la región de Hirshabelle, a la que pertenece Baladweyne, que garanticen la participación libre de todos los candidatos al curul que dejará el saliente diputado Dahir Amin Jesow.
Tras pedir un espacio de igualdad para que todos los candidatos compitieran de forma libre y justa, amenazaron con utilizar la fuerza armada si las autoridades ignoran sus demandas.
En una transmisión de internet, que reprodujeron los informativos, uno de los milicianos dijo que Jesow retuvo durante mucho tiempo el escaño y no los representó realmente.
«No vamos a convertir a nuestro hermano (Jesow) en un enemigo. Nos ha representado mucho y no hemos recibido una representación real. Reservarle el escaño no será una solución», añadió el militante de uno de los clanes de la ciudad.
En una reunión nocturna, el presidente de Hirshabelle, Ali Gudlawe, dijo a los candidatos que la administración regional no se inmiscuirá en el proceso, en lo que constituye un intento por calmar los ánimos.
Las autoridades somalíes intentan completar el proceso de los comicios parlamentarios el día 15 después de incumplir el plazo del pasado 25 de febrero y el inicialmente pactado de diciembre de 2020.
Somalia vive en una permanente inestabilidad política desde el derrocamiento en 1991 del ya fallecido presidente Mohamed Siad Barre.
A los problemas del extremismo armado en zonas rurales del centro y sur del país se suman la amenaza de sequía para siete de sus casi 16 millones de habitantes, y el permanente enfrentamiento entre el primer ministro Mohamed Hussein Roble y el jefe de Estado, cuyo mandato terminó en abril del año pasado sin tener sucesor.
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