El presidente Joe Biden recibió una nueva sacudida de dolor político el jueves con la publicación de nuevos datos que mostraban que la inflación alcanzaba el 7,9 por ciento, un máximo en 40 años, señaló Niall Stanage en su columna The Memo.
Si los demócratas pierden el control del Congreso, Biden se verá muy limitado durante los dos últimos años de su primer mandato, estimó el analista.
En cuanto a la inflación, los republicanos culpan a las anteriores medidas de gasto de Biden, incluido el paquete de ayuda Covid-19 de 1,9 billones de dólares aprobado hace un año, de sobrecalentar la economía.
Puntualizó el informe que la fuerte subida de los precios del gas que acompaña a las primeras etapas de la guerra en Ucrania da una nueva urgencia a la cuestión, lo que da herramientas a los republicanos que consideran eso una gran ventaja en las elecciones de mitad de mandato.
Al respecto, Matt Gorman, un estratega republicano, dijo que los demócratas pueden utilizar todos los trucos del libro para intentar culpar de la inflación a Vladimir Putin o a las empresas. Pero es un problema que recae únicamente en Joe Biden», puntualizó.
En los últimos días, el mensaje de la Casa Blanca también cambió sobre los precios de la gasolina y la inflación en general, con Biden culpando a «la subida de precios de Putin», señaló el analista.
Precisó que no hay duda de que la guerra en Ucrania tiene un efecto inflacionista, no sólo en los precios del gas, sino también en productos básicos como el pan, ya que en este caso Rusia es el mayor exportador mundial de trigo.
A eso, aseveró, se suman los trastornos económicos inherentes a la serie de sanciones impuestas a Rusia.
Los demócratas están luchando contra los vientos de la historia, dado que el partido de un presidente casi siempre pierde escaños en las primeras elecciones intermedias de su mandato y si a ello se añade la mayor inflación desde 1982, puntualizó, los demócratas se preparan para un resultado difícil.
Este año, los demócratas defienden una mayoría extremadamente estrecha en la Cámara de Representantes y un 50-50 en el Senado y su mensaje a los electores es que existe una creación de empleo extremadamente sólida a medida que la nación va saliendo de la Covid-19.
Sin embargo, estos logros pueden ceder ante el alza inflacionaria, opinó el analista.
Una nueva encuesta de Economist/YouGov realizada esta semana indica que el 42 por ciento de los estadounidenses considera la economía como «pobre», en contraste con sólo el cinco por ciento que la describe como «excelente» y el 21 por ciento que la califica de «buena».
La situación es compleja para la tolda azul cuando apenas restan ocho meses las elecciones legislativas.
JCM/lb