Cuando las cifras diarias de casos positivos tienden a la disminución y la mortalidad se ha reducido ostensiblemente en el país, los reportes aún indican cierta inestabilidad como lo hace el último parte del Ministerio de Salud Pública que informa más de 742 contagios.
A tono con esa circunstancia, fueron 68 los últimos enfermos registrados en la demarcación santiaguera, que acusan una subida, por lo cual el reconocido epidemiólogo instó a mantener la disciplina y el acatamiento de las restricciones sanitarias, con lo quese reforzará el beneficio de las vacunas.
Apuntó Valdés que en este territorio oriental ocurrieron cuatro oleadas epidemiológicas, desde los primeros 40 días cuando solo fueron 49 personas infectadas y a lo cual siguieron casi seis meses sin incidencias, para pasar a las otras tres etapas con muy complicados comportamientos.
El experto enfatizó en el efecto bienhechor de la vacunación, en un proceso nacional que comenzó precisamente por esta ciudad con los ensayos clínicos del entonces candidato vacunal Abdala.
El aporte precursor de los trabajadores de los Laboratorios Farmacéuticos Oriente y de la Comercializadora de Medicamentos, que fueron los primeros en recibir el antígeno en ese período experimental, fue elogiado por el especialista.
La comparación entre los cinco primeros municipios que recibieron sus dosis y los cuatro que lo hicieron en un segundo momento no dejó dudas en relación con la eficacia de ese preparado, que salió de los laboratorios del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
Enumeró los cientos de miles de ingresados en los hospitales cubanos, con una dinámica para recoger y devolver a sus hogares en transportes sanitarios y elogió que no se dieran brotes en las escuelas de la nación.
Se refirió igualmente a las difíciles coyunturas económicas en que transcurrió esa estrategia de enfrentamiento, que implicó cuantiosos recursos materiales entre los cuales mencionó las pruebas de reacción en cadena a la polimerasa (PCR), de alto costo en el mundo y realizadas gratuitamente en Cuba.
Con dolor se refirió a las pérdidas de personas cercanas y muy queridas, entre quienes incluyó al doctor Héctor Terry, un eminente epidemiólogo cubano que fue su profesor y resultó una de las víctimas de la pandemia.
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