Pogacar, bicampeón del Tour de Francia, llega a la prueba con el cartel de favorito después de sus triunfos esta temporada en el Tour de Emiratos Árabes Unidos, la Strade Bianche y la Tirreno Adriático.
«No he podido tener un mejor comienzo de año. Todo el equipo se ha unido y ha trabajado muy duro, así que creo que se está mostrando en nuestros resultados como grupo», afirmó la estrella del UAE Team Emirates.
Esta carrera es una de las más difíciles de ganar y puede terminar de diversas maneras. Tenemos un equipo preparado para todas las opciones, así que estamos listos para lo que seguramente será una gran carrera, agregó.
El europeo tendrá entre sus grandes adversarios a Roglic, quien cuenta con un equipo fuerte en el Jumbo Visma liderado principalmente por el belga Wout van Aert, la carta del plantel por el título.
Además de los dos eslovenos animarán la clásica el italiano Giacomo Nizzolo, el belga Greg van Avermaet, campeón olímpico de Río de Janeiro 2016, el danés Mads Pedersen, monarca mundial de Yorkshire 2019, y el tres veces titular universal el eslovaco Peter Sagan.
Por Latinoamérica sobresalen los colombianos Jhonatan Restrepo y Didier Merchán, ambos con el Drone Hopper-Androni Team de Italia.
La edición 133 de la clásica Milán-San Remo tendrá un trazado de 293 kilómetros entre las ciudades que dan nombre a la carrera y regresará a su recorrido más tradicional, con el Turchino y la Riviera Ligure como grandes dificultades orográficas.
Tras superar, en el kilómetro 142, la subida que divide la meseta y la costa, la competición tomará la orilla del Tirreno para poner rumbo a los muros, los «Capi»: el Capo Mele (km 241), el Capo Cervo (km 246) y el Capo Berta (km 254), de dificultad creciente.
Las dos subidas decisivas serán la Cipressa (km 271) propicia para provocar una primera selección, y, en especial, el Poggio (km 287), donde suelen llegar los movimientos por el triunfo antes de la Vía Roma.
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