En declaraciones al canal TVN, Carlos Piti, titular de ese gremio, aseveró que el pacto entró en vigor en 2012 y de no renegociarse, en los próximos años afectará a productores nacionales de cinco rubros considerados como sensitivos, como la carne de pollo, cerdo y res, la leche y sus derivados; y el arroz.
Señaló, además, que desde hace años los productores reclaman que Estados Unidos revise la letra del Tratado, y recordó que cuando comenzaron las conversaciones, en 2005, el presidente Laurentino Cortizo, entonces ministro de la Agricultura, renunció al cargo por diferencias con el ejecutivo en relación con los alcances del acuerdo.
Según Piti, la demanda actual no precisa renegociar todo el TPC sino los cinco rubros mencionados, los cuales representan el 50 por ciento de la agricultura panameña.
Entrevistado por el programa televisivo Radar, el empresario consideró que están ante una desleal competencia con el norteño país, y enumeró pérdidas que ya enfrentan debido a la inundación del mercado con productos estadounidenses importados.
Los ahorros han sido destinados, dijo, para pagar deudas por los daños ocasionados al sector; es decir, remarcó, los problemas no son de capacidad productiva de la granja, sino del desempleo que arrastra y el daño social que podría significar el TPC para Panamá.
Cuestionó también que en la administración de Juan Carlos Varela (2014-2019) a pesar de promesas de comenzar estas conversaciones con Washington, engavetaron las propuestas del gremio.
De manera oportuna, agregó, interpusimos una demanda en salvaguarda, herramienta que acepta la Organización Mundial del Comercio.
También corrigió al actual encargado de negocios de Estados Unidos en Panamá, Stewart Tuttle, quien recientemente confirmó que su país no renegociaría el TPC, y citó artículos del texto que abren la posibilidad de evaluar diferencias en casi de que una de las partes se sienta perjudicada.
Recordó, además, al diplomático que si bien en el último año Panamá ha tenido exportaciones en el sector agrícola de unos 90 millones de dólares, al inicio del TPC estas ascendieron a más de 400 millones, cuando en igual lapso, Estados Unidos creció en más del 140 por ciento.
Investigadores recordaron que la letra del TPC establece de manera escalonada hasta el 2030 la desagravación arancelaria hasta llegar a cero a las exportaciones de Estados Unidos a Panamá de cerdo y leche, en 2026; de cuartos traseros de pollo, en 2028; y de arroz dos años después.
El pasado 16 de marzo, la canciller de Panamá, Erika Mouynes, presentó en la embajada de Estados Unidos en el istmo dos notas formales para que se revise el TPC.
Las cartas oficiales están dirigidas a Thomas Vilsack, secretario de Agricultura de Estados Unidos; y a Katherine Tai, representante comercial.
Esos textos manifiestan la intención del ejecutivo de Laurentino Cortizo de invocar mecanismos para realizar ajustes previstos en el pacto sobre rubros de especial interés social o sensitivos, como el arroz, la leche y sus derivados, y la carne de pollo y puerco.
El ánimo de la renegociación del TPC, es promover nuevas condiciones de comercio para esos productos, sin afectar al sector agrícola panameño y la generación de empleo que representan para la economía local, en particular las áreas rurales.
También recordaron que el Tratado incluso reconoce la diferencia en los niveles de desarrollo y el tamaño de las economías de ambas partes.
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