El temblor, el más potente sufrido por el país nórdico desde el año 1989, no provocó daños más allá de paralizar la producción de una plataforma petrolera de la firma Equinor, cercana al epicentro del seísmo.
Sin embargo, en la provincia de Vestland, próxima al epicentro, también fueron registrados algunos temblores.
La directora de Norsar, Anne Strommen Lycke, descartó la provocación de daños significativos y la posibilidad de la existencia de tsunamis en la zona.
Por su lado, el profesor de sismología de la Universidad de Bergen, Lars Ottermoller, afirmó que los pequeños terremotos son comunes a lo largo de la costa de Noruega, y la magnitud del reciente temblor ocurre solo una vez por década.
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