Fuentes de los grupos de resistencia, que se oponen al golpe de Estado del 25 de octubre del año pasado, calificaron las acciones de exitosas, mientras que las autoridades golpistas guardan mutismo.
Civiles bloquearon vías principales, además de los puentes sobre el río Nilo y comunican Jartum con su vecina Omdurman. Ni la víspera ni esta jornada se reportaron muertos o heridos por la represión de las fuerzas de seguridad.
Desde la asonada murieron unas 90 personas, de acuerdo con un conteo del Comité Central de Médicos Sudaneses, una organización opuesta al golpe de Estado del general Abdel Fattah al Burhan, quien encabeza el Consejo Soberano de Transición, la máxima instancia hasta la eventual celebración de elecciones en 2023.
Los participantes quemaron neumáticos, aunque no bloquearon totalmente las carreteras en previsión del traslado de heridos hacia los hospitales.
En tanto, la Policía y el Ejército desbloquearon algunas carreteras mientras reforzaron los accesos a la Comandancia General del ejército, el Palacio de la República (donde se encuentra al Burhan) y el Consejo de Ministros.
Los participantes en las demostraciones exigen el retorno de los militares a los cuarteles y el establecimiento de un Gobierno civil que ponga fin a la inestabilidad política en el país, existente desde el derrocamiento en abril de 2019 del entonces presidente Omar al Bashir.
Unido a ello, la agencia oficial SUNA anunció que desde mañana y hasta el próximo sábado sesionará en la ciudad de Damazin, la capital de la región del Nilo Azul, una conferencia deliberativa del Frente Revolucionario Sudanés, una alianza de fuerzas rebeldes devenida en partido político tras los acuerdos de paz de Juba, en 2020.
En el encuentro bajo el propósito de renovar el discurso político y la estructura organizativa se debatirá sobre la crisis política, las perspectivas de solución, las alianzas políticas, y la aplicación del Acuerdo de Juba para la paz en Sudán.
Igualmente, se analizarán cuestiones de justicia, el documento constitucional y las elecciones, además de la política exterior y la estructura organizativa del Frente.
Los hechos coinciden con el aumento de la presión internacional para la celebración de comicios, mientras al Burhan y otros miembros del Consejo visitan varias capitales africanas y del Medio Oriente en la búsqueda de apoyo.
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