Abubakar, de 75 años de edad, aspira a suceder al presidente Muhammadu Buhari, quien lo derrotó en los comicios de 2019 y completará su segundo y último mandato en mayo de 2023.
El anuncio puso fin a semanas de recorridos y reuniones con figuras dentro de la mayor fuerza opositora y a sus propios dichos en un vídeo hace 20 días sobre sus intenciones de luchar por la máxima magistratura, el 25 de febrero del próximo año.
Se cree que Abubakar reúna la mayor cantidad de apoyos dentro de la formación al considerarse como una figura política aglutinadora.
No obstante, tendrá que superar la barrera de la llamada zonificación del país, pues diversas voces plantean que el sur dominó en 14 de los casi 17 años en los que el PDP estuvo en el poder desde 1999.
Se trata de los mandatos de Olusegun Obasanjo (1999-2007) y Goodluck Jonathan (2010-2015). Mientras que el norte solo gobernó casi tres años con Umaru Yar’Adua (2007-2010), quien murió en el ejercicio del cargo.
Mientras tanto, el gobernante Congreso de los Todos los Progresistas, aun sin un candidato visible, parece que solucionó el tema zonal al definir que del sur saldrá el presidenciable y del norte el liderazgo del partido.
El ahora precandidato (aun sin la campaña electoral en marcha) dijo recientemente que Nigeria -el más poblado del continente africano con 206 millones de habitantes- enfrenta uno de los momentos más difíciles de su historia por el predominio de la pobreza, la inseguridad y el desempleo.
Buhari firmó a principios de este mes finalmente (la rechazó en noviembre del año pasado) la enmienda a la ley electoral de 2021, que se aplicará por primera vez a la justa del 25 de febrero (presidenciales) y del 11 de marzo de 2023 para gobernadores y los parlamentos de las gobernaciones.
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