De acuerdo con el informe, Petya Parvanova fue relevada de su cargo a causa de resultados poco eficientes en los últimos años, su insuficiente apoyo tecnológico y la falta de preparación para hacer frente a la crisis de los refugiados.
Mariana Tosheva, quien recientemente trabajó como gerente del servicio de inmigración de la Cruz Roja búlgara, fue nombrada nueva presidenta de la agencia.
En los últimos tres años, unos 50 millones de leva (alrededor de 25 millones de euros) fueron asignados a la agencia en el marco de programas europeos, pero la entidad no pudo realizar la labor encargada para reasentar a refugiados ucranianos.
La situación migratoria en Europa se agravó después del estallido del conflicto bélico en Ucrania, tras el cual millones de ciudadanos de ese país abandonaron su territorio.
Según expertos en el tema, la mayoría de los desplazados utiliza las fronteras con Polonia, pero otros países vecinos como Moldova o Rumanía reciben un gran flujo de personas.
Igualmente, más de 200 mil personas viajaron a Rusia desde las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, señaló recientemente el Ministerio de Situaciones de Emergencia de ese país, que se encargó de organizar la acogida de esas personas.
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