Para el período entre el 11 y el 18 de marzo, los analistas esperaban una reducción de 750 mil barriles; pero la caída triplicó al pronóstico y las reservas bajaron en 2,5 millones.
También cayeron de forma sorpresiva las reservas de gasolina, que se desplomaron en 2,9 millones de barriles.
La producción de petróleo en el país norteamericano se mantuvo sin variantes en 11,6 millones de barriles diarios, pero la caída de las exportaciones rusas incrementó las presiones sobre el insuficiente suministro mundial.
El descenso se vuelve más preocupante pues estuvo acompañado por una caída notable de 4,2 millones de barriles en las reservas estratégicas, que cerraron la semana con 571,3 millones de barriles.
Durante 25 semanas consecutivas Estados Unidos registró descensos en sus reservas estratégicas, a partir de la estrategia impulsada por el gobierno para liberar millones de barriles de esa fuente y enfrentar la subida de precios en el mercado del crudo.
A finales de febrero, el presidente Joe Biden anunció la liberación de 30 millones, que se sumaron a los 50 millones puestos en circulación desde el 23 de noviembre, cuando comenzó a tener efecto la medida.
Ya orientado al alza, el precio del crudo se elevó aún más después de la divulgación de los datos de este miércoles.
El barril de Brent del Mar del Norte para entrega en mayo trepó un 5,42 por ciento hasta alcanzar los 121,74 dólares; mientras que el de West Texas Intermidiate (WTI), subió un 5,20 por ciento, a 114,96 dólares.
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