La experta apuntó a la necesaria articulación entre las políticas de atención a este tema y de juventud en el país, así como entre estas y el macroproyecto de desarrollo humano, equidad y justicia social hasta el 2030, empeño que priorizan las autoridades de la isla.
Al intervenir en el Congreso Internacional de Infancias, Adolescencias y Juventudes, que sesiona desde hoy hasta próximo jueves en el Palacio de Convenciones, Molina afirmó que Cuba presenta una “transición demográfica”, tras 44 años que se encuentra por debajo del reemplazo generacional.
Según el cierre del año 2021, la tendencia continuó hacia el reforzamiento de los niveles de envejecimiento demográfico y el decrecimiento del número de habitantes, en una nación que para 2050 se espera esté entre las más envejecidas de América Latina.
En ese sentido, la experta hizo referencia a la necesidad de implementar acciones para potenciar los niveles de nacimientos y la atención a la población adulta mayor.
Entre esos desafíos mencionó una mayor protección jurídica, social y familiar a los ancianos y el incremento de su interacción social, aspecto respaldado por el proyecto de Código de las Familias en consulta hasta el próximo abril con la población.
De igual manera, añadió el mejoramiento de la calidad de la atención y los servicios en hogares de ancianos y casas de abuelos, así como una mayor caracterización de su biología, que permita el diagnóstico temprano de estados patológicos.
La familia tendrá cada día un tamaño menor y funciones más complejas que asumir, dijo la especialista, por lo que llamó a estructurar un sistema nacional de cuidados, trabajar por la eliminación de la sobrecarga doméstica en las mujeres y erradicar viejas concepciones sexistas que obstaculizan en la práctica el pleno ejercicio de la igualdad.
Otros retos están en la disminución del saldo migratorio externo, encarar las insatisfacciones de los jóvenes con temas como la vivienda y los precios poco accesibles a los alimentos y útiles de primera necesidad, refirió.
Temas aún por estudiar, agregó, son la cantidad de jubilados que se reincorporan al trabajo como forma de obtener ingresos adicionales y la situación del empleo, pues en el futuro “saldrán más personas en edad laboral que las que se incorporen”.
Son estos aspectos a debate en un Congreso que permite el diálogo entre academia y decisores, para la construcción colectiva de saberes y recomendaciones en función de las poblaciones infanto-juveniles, según subrayó en su inauguración Keyla Estévez, directora del Centro de Estudios sobre la Juventud (CESJ).
La cita – que reúne a alrededor de mil delegados de 13 países- abordará también problemáticas relacionadas con la educación, inserción laboral, adicciones, salud, construcción de espacios protectores de no violencia, políticas de juventud, soberanía alimentaria, uso del tiempo libre y las tecnologías, preparación cultural e identidad y prevención social.
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