El Ministerio de Políticas Agrícolas, Alimentarias y Forestales presentó a esa instancia para su examen el dossier “El café expreso italiano entre cultura, ritual, sociabilidad en las comunidades emblemáticas de Venecia a Nápoles”, en el cual argumenta su petición.
De ser aceptada, la Comisión deberá entregar su apreciación antes del 31 de marzo en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en la capital francesa.
El energizante líquido es considerado, de norte a sur de la península, como algo más que una bebida placentera durante el desayuno y la sobremesa; una excusa para un descanso del trabajo y una charla entre colegas y amigos, es “un ritual, expresión de una cultura…”.
El expediente, según una nota de ese ministerio, unifica dos propuestas: El ritual y el arte del café expreso italiano, promovido por el Consorcio para la protección del café expreso tradicional y La cultura del café napolitano entre rito y sociabilidad, de la comunidad napolitana, con el apoyo de la región de Campania.
En la presentación el ministro de Políticas Agrícolas, Stefano Patuanelli, ponderó la importancia de ofrecer a la comunidad internacional una de las excelencias italiana, en tanto el presidente del Consorcio Giorgio Caballini de Sassoferrato, consideró que la aromática bebida “es algo que une a una gran familia que es Italia”.
También el presidente de la región de Campania, Vincenzo De Luca, valoró que tal reconocimiento completaría el tríptico con la dieta mediterránea y la pizza para ese territorio y apuntó que un café es la «Italia en el mundo, hay una filosofía de vida que nos representa».
La propuesta de candidatura está avalada por las comunidades emblemáticas del café de Turín, Milán, Venecia, Trieste, Bolonia, Roma, Nápoles, Lecce, Pescara, Palermo y Módica, las que rubricaron la Carta de Valores del Rito Italiano del Expreso, la cual registra los valores del delicioso néctar, “digno de ser compartido con toda la humanidad”.
En torno al acontecimiento, varios medios calificaron como un resultado muy esperado obtener el prestigioso registro en la lista de la Unesco en este 2022, tras varios años de trabajo.
El reconocimiento sería parte de otros tantos de igual valor ganados por la comida y el vino italianos, que van desde el arte italiano de la caza de trufas (2021), hasta la dieta mediterránea (2010), pasando por el arte de los pizzeros napolitanos (2017).
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