La pesquisa fue conducida por la Sociedad Max Planck para la Promoción de la Ciencia, una red de institutos de investigación científica en Alemania y divulgado por la publicación Proceedings of the Royal Society B.
De acuerdo con la investigación, ejemplares como la guacamaya roja y la cacatúa de cresta de azufre pueden vivir un promedio de hasta 30 años, lapso inusualmente largo para los pájaros de esas dimensiones.
Además, estos especímenes tienen un mayor tamaño cerebral relativo, a la par de los primates, lo que favorecería un mejor desempeño ante las amenazas del entorno, según los expertos involucrados en la indagación.
Tras la recopilación de más de 130 mil loros individuales de más de mil zoológicos, el equipo intentó establecer una relación entre el promedio de vida y el volumen del cerebro a partir de dos hipótesis.
La primera de ellas se basó en la suposición de que las aves más inteligentes pueden resolver mejor los problemas en la naturaleza y disfrutar así de vidas más largas, y la segunda buscó comprobar si los cerebros relativamente más grandes tardan en crecer y, por lo tanto, requieren de mayor tiempo para su desarrollo.
A continuación, combinaron los datos y ejecutaron modelos para cada teoría, hasta corroborar que los loros con cerebros relativamente grandes tenían capacidades cognitivas indispensables para resolver problemas en la naturaleza y esta inteligencia les permitió vivir más tiempo.
“Esto respalda la idea de que, en general, los cerebros más grandes hacen que las especies sean más flexibles y les permiten vivir más tiempo. Si se les acaba su comida favorita, podrían aprender a encontrar algo nuevo y así sobrevivir”, refirió Simeon Smeele, estudiante de doctorado del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal.
rgh/ifs
