La industria, que cuenta con una historia de casi dos siglos de molienda continua, fue la primera en cumplir su plan de producción del grano dulce en el país, al elaborar unas 20 mil toneladas métricas, tres mil por encima de su programa.
Aquí no se trata de una casualidad, sino de un comportamiento en ascenso, estable, sistemático, de una cultura compartida de cómo producir caña y cómo producir azúcar, enfatizó el mandatario.
En el molino azucarero, ubicado en el municipio de Rodas, comenzó Díaz-Canel su tercera visita al frente del Ejecutivo a la provincia de Cienfuegos, en la cual participaron además el primer ministro, Manuel Marrero, y varios miembros del gabinete.
En la refinería de petróleo Camilo Cienfuegos, la mayor y más moderna de Cuba, el jefe de Estado indagó por las producciones diarias, el salario de los trabajadores y el proceso de reparaciones.
También se interesó por las gestiones del colectivo empresarial a fin de evitar un nuevo derrame de residuales a la bahía aledaña como el ocurrido en 2018, y apreció la regeneración del medio ambiente en la zona afectada.
Durante el intercambio con directivos y trabajadores de la planta, el presidente convocó al colectivo a vincularse con la Universidad Central de Las Villas (en la vecina provincia e Villa Clara) y la Carlos Rafael Rodríguez, de Cienfuegos.
En la localidad de Palmira, próxima a la capital provincial, visitó el barrio Santa Bárbara, donde una población con profundo arraigo de la religión yoruba le dio la bienvenida, entre vítores.
El presidente de la República visitó la Sociedad Santa Bárbara, con más de 120 años de fundada, donde honró a la virgen que sincretiza las creencias de los esclavos africanos con las de los colonialistas españoles.
En un barrio en condiciones de vulnerabilidad como es Santa Bárbara, donde se reparan más de 50 viviendas, el mandatario pidió a sus pobladores que fiscalicen la calidad de las labores de rehabilitación.
Por ese camino, a pesar del bloqueo recrudecido, vamos a salir adelante, aseguró.
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