El portal The Star aseguró que así la máxima corte eliminó la Iniciativa para Construir Puentes, que impulsó Kenyatta como si fuera un pedido de la población.
Sin embargo, aclaró que la instancia dejó una ventana abierta a eventuales transformaciones de la carta magna de 2010, que desde entonces superó 21 intentos (dos de Kenyatta) para reformarla.
Para los informativos en Nairobi se trata de un golpe contra el mandatario y sus aliados ante lo que consideraron unos comicios clave, los de agosto, en los que el gobernante apoya al opositor Raila Odinga en detrimento del vicepresidente y antiguo aliado William Ruto.
«El presidente no puede iniciar enmiendas o cambios constitucionales a través de la iniciativa popular en virtud del artículo 257 de la Constitución», dijeron seis de los siete jueces que supervisaron el caso en el Tribunal Supremo y que divulgaron la víspera su fallo.
Pero el Tribunal dejó la posibilidad de que los cambios fueran pedidos por el parlamento o por otros medios, siempre y cuando el presidente no interviniera en el proceso.
La presidenta del Tribunal Supremo de Kenya, Martha Koome, explicó que la iniciativa popular se pone en marcha desde abajo; a iniciativa de la ciudadanía, en contraposición a las instituciones representativas.
Añadió que la iniciativa popular es un medio de democracia directa y, de hecho, la democracia directa solo puede ser ejercida por el pueblo y no por su representante.
Kenyatta argumentó al presentar la Iniciativa que el cambio haría la política más inclusiva y ayudaría a poner fin a los repetidos ciclos de violencia electoral. La decisión del jueves se produjo después de que el Tribunal Superior y el Tribunal de Apelación fallaran en contra de las enmiendas propuestas el año pasado.
Incluso algunas voces pidieron un enjuiciamiento del mandatario en una corte civil, un tema zanjado también por el Supremo al considerar que legalmente es imposible.
La reforma fallida incluía la creación de 70 nuevos distritos electorales, así como de nuevas figuras en el Gobierno, como la de primer ministro, lo que hacía sospechar los intentos de Kenyatta de perpetuarse en el poder toda vez que cumple su segundo y último mandato.
La justa del 7 de agosto supondrá un enfrentamiento entre Ruto y Odinga, quien ya adelantó que de ganar impulsará cambios constitucionales.
Odinga y Kenyatta sorprendieron a propios y ajenos cuando en 2018 firmaron un pacto para poner fin a la violencia poselectoral del año anterior, en 2017, el que sellaron con un apretón de manos frecuentemente recordado en la política interna.
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