En la iniciativa participaron instituciones científicas y médicas del país caribeño con el objetivo de actualizar la política al respecto aprobada en 2013.
Según un reporte de la televisión cubana, entre las principales acciones para la estrategia están mejorar la calidad del tratamiento, la capacitación del personal médico, el trabajo con los decisores, reducir los estigmas asociados al padecimiento y fomentar las investigaciones al respecto.
Los presentes remarcaron la necesidad de dotar de habilidades a las personas responsables de cuidar a afectados por estas enfermedades crónicas y en ese sentido reconocieron el rol del Centro de Atención Integral a pacientes con Alzheimer y otros trastornos cognitivos, inaugurado en 2019.
La reunión en el capitalino Palacio de la Revolución también permitió conocer detalles sobre los ensayos clínicos para demostrar la eficacia y seguridad del NeuroEPO, fármaco de Cuba para contrarrestar la enfermedad de Alzheimer leve y moderada.
Estas dolencias constituyen en la actualidad la primera causa de discapacidad, dependencia y necesidad de cuidados, puntualizó el reporte.
La pandemia de Covid-19 incrementó el número de enfermos, por los efectos del coronavirus SARS-CoV-2 en el cerebro y el negativo impacto del aislamiento en las personas.
Según datos del Ministerio de Salud Pública, las demencias afectan a más de 50 millones de personas en todo el mundo, un número en aumento cada tres segundos y que significa un desafío para esta nación caribeña con cerca de 170 mil ciudadanos afectados.
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