Esa es la respuesta a la interrogante de por qué Cuba es el único país de la región que tiene sus propias vacunas, conque titula un artículo en torno a la aplicación de más de 35 millones para enfrentar la Covid-19 a más del 89 por ciento de la su población.
Aludió a Abdala, el primer inmunógeno contra esa enfermedad pandémica en América Latina y el Caribe, autorizado el 9 de julio de 2021 y que demostró una eficacia del 92,28 por ciento en la prevención.
Como si fuera poco, añadió, las otras dos vacunas autorizadas también son cubanas, Soberana 02 y Soberana Plus, avaladas por Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed).
“En febrero de 2022 Cuba ocupaba el tercer lugar del mundo en población vacunada con una sola dosis detrás de Emiratos Árabes Unidos y Portugal”, subrayó la publicación.
Recordó que con el triunfo de la Revolución cubana en 1959, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara fueron los artífices de pensar el sentido de la ciencia y la tecnología del socialismo.
Con información proporcionada por la Universidad argentina de Quilmes, elogió al Centro Nacional de Investigaciones Científicas, fundado en 1965 y como a partir de la década de 1980 emergió con fuerza la biotecnología a través de la creación de más instituciones y su articulación con industria y salud.
Desde 2012 la industria biotecnológica de Cuba se desarrolla bajo el ala de BioCubaFarma que agrupa a 32 empresas, suministra más de 800 productos al sistema de salud, produce ocho de las 10 vacunas que se utilizan anualmente y exporta a más de 50 países
“La política histórica de la Revolución orientada a fortalecer el sistema de salud público, gratuito y de calidad, y la conducción política de esa industria, en particular el liderazgo de Fidel, han sido determinantes”, valoró el presidente Miguel Díaz-Canel, citado por el semanario uruguayo.
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