El chofer respondía al nombre de Bogdan Draghici, era presidente de una Organización no Gubernamental en defensa de derechos de los padres, y fue condenado en primera instancia por un tribunal local a una pena de 15 años y cuatro meses por abuso de menores.
Días atrás mostró su apoyo a Ucrania en Facebook a través de un largo mensaje con imágenes en el que pedía más represalias internacionales contra Rusia.
La embajada de Moscú aquí afirmó a través de la página web que el conductor actuó bajo la influencia de una explosión de histeria antirrusa relacionada con la provocación orquestada en la ciudad de Bucha.
En el comunicado la sede diplomática denuncia que los nacionalistas ucranianos masacraron civiles en esa urbe de las afueras de Kiev para culpar al gigante eslavo y acusa a Occidente de manipular la realidad.
Moscú comenzó en febrero pasado una operación militar especial en el Donbass con el propósito, declarado por el Kremlin, de proteger la integridad de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
El despliegue respondió a una petición de esos gobiernos ante el incremento de ataques por parte de Kiev y grupos armados neonazis y nacionalistas de extrema derecha.
Pese a que Moscú advirtió que el operativo no está dirigido contra instalaciones civiles y que el objetivo principal es «desmilitarizar y desnazificar» a Ucrania, sobre el país euroasiático pesan hoy varios paquetes de medidas con el propósito declarado de la asfixia económica a la vez que occidente desplegó una campaña mediática de descrédito contra el país eslavo.
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