La manzana de la discordia dentro del proceso es el proyecto de reforma constitucional el cual tiene muchos vientos en contra, pero el resto de las iniciativas en manos del Consejo Económico y Social tampoco parecen muy favorecidas.
Con respecto a la reforma a la Carta Magna, los partidos de la oposición se manifestaron en contra y decidieron no participar al entenderla innecesaria y mucho más en estos momentos de crisis.
Mientras el gobierno insiste en apurar la discusión, las mencionadas organizaciones se mantienen firmes en que no aceptarán modificar la Constitución por no ser una prioridad, y en cambio recomiendan a las principales autoridades del país enfocarse en enfrentar la inflación. El Poder Ejecutivo manifestó tener intenciones de reintroducir la propuesta en la mesa temática y que lo hará “con o sin la presencia de los demás partidos”, ya veremos.
Por otro lado, anda el proyecto referido al régimen electoral, la cual con la presentación la víspera ante el Senado de los proyectos para modificar la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos y Orgánica de régimen electoral, la Junta Central Electoral prácticamente le dio una patada a la mesa, ya no habrá nada que consensuar.
Luego de esta acción de la Junta, voceros de los partidos se cuestionaron la mantención de las mesas de discusión y habrá que ver cual será su evolución de ahora en lo adelante.
No obstante, Abinader señaló a inicios de este mes estar dispuesto a sentarse a dialogar con los líderes de los partidos y recalcó no busca un beneficio “político” con los cambios, sobre todo el constitucional, sino “fortalecer” la institucionalidad del país.
El pasado 18 de agosto, en un discurso pronunciado desde el Palacio Nacional, el presidente convocó un diálogo nacional para conocer 12 reformas, que luego se ampliaron a 16, en búsqueda de “mejorar la institucionalidad y funcionamiento estatal” en el país, pero luego de ocho meses parece fenecer con el tiempo.
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