Traería beneficios para ambas partes, agregó durante el encuentro con la prensa que cerró la III Conferencia Empresarial Agrícola entre ambos países.
Mientras Estados Unidos exporta más del 50 por ciento de los alimentos que produce, los cubanos podrían vender productos orgánicos, vegetales y frutales a la costa oeste y generar ingresos para comprar insumos, explicó.
Los productores americanos están dispuestos a ser la fuente más confiable para vender alimentos en Cuba, pero también a apoyar a los agricultores cubanos con tecnologías y conocimientos, amplió.
No obstante, será difícil articular pronto cadenas de suministros para la tecnología. “Volveremos a Washington y lucharemos porque este cambio ocurra”, dijo.
En tanto, Tom Haag, vicepresidente de la Asociación del Maíz de esa nación, reconoció los efectos del bloqueo económico de Estados Unidos hacia la Isla en la comercialización y el trabajo del sector en general.
Sobre la importancia de la Conferencia, Asiha Grigsby, directora de promoción internacional de la Asociación de Arroz estadounidense, destacó que las conversaciones sostenidas “permiten llevar experiencias a casa, hablar en nuestras asociaciones y crear una base que contribuya a que mejoren las cosas”.
Los debates se centraron en las barreras a enfrentar para hacer negocios y las posibilidades de que sean eliminadas en los próximos años, comentó Dalton Henry, vicepresidente de la Asociación de Trigo de los Estados Unidos.
A pesar de los retos, ya existe un comercio sustancial entre ambos países como resultado del trabajo de nuestras asociaciones, especialmente en el sector avícola; esperamos aumentarlo mientras otras organizaciones en Estados Unidos abogan por relaciones más amigables, detalló.
Durante dos días, agricultores de ambas naciones trabajaron para fortalecer producciones conjuntas, comercio bilateral e inversión extranjera.
El evento, que se desarrolló en el hotel Valentín Quinta Avenida, incluyó mesas técnicas entre empresarios cubanos y estadounidenses, visitas a Artemisa y Mayabeque y presentaciones de la Cámara de Comercio y los ministerios de Comercio Exterior y de Agricultura de Cuba.
En la jornada previa, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, intercambió con una representación de los asistentes en el Palacio de la Revolución, sobre el papel que juega el sector agrícola dentro de las relaciones entre la mayor de las Antillas y Estados Unidos.
Los antecedentes de esta alianza se remontan al año 2000, cuando el lobby agrícola respecto a Cuba en el Congreso estadounidense defendió que se permitieran las ventas de alimentos al pueblo cubano.
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