Al analizar datos de más de 10 mil ciudadanos que participaron en la Encuesta Nacional de Salud de 2012, los implicados encontraron al menos un trastorno alérgico respiratorio, alimentario o cutáneo entre aquellos con vasos sanguíneos lesionados, problemas estructurales y coágulos.
El artículo recordó que indagaciones anteriores también hallaron evidencias más menos similares e instó a los médicos a añadir una evaluación del riesgo cardiovascular a los exámenes clínicos de las personas con asma y alergias.
«En el caso de los pacientes con trastornos alérgicos, deberían realizar una valoración rutinaria de la presión arterial y otra para detectar enfermedades coronarias», señaló el autor principal, Yang Guo, investigador posdoctoral del Hospital Shenzhen de la Universidad de Beijing, China.
Todo ello – explicó- con el fin de garantizar que se apliquen tratamientos tempranos a los individuos con hipertensión o padecimientos coronarios.
Aunque existen elementos sobre una conexión entre alergias y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, «la pregunta es por qué», reflexionó Raj Dasgupta, profesor asistente de Medicina Clínica de la estadounidense Universidad del Sur de California.
«No podemos demostrar realmente la causalidad, pero la ciencia sí muestra que está relacionado con los mediadores proinflamatorios, cosas que desencadenan la inflamación en el cuerpo», agregó el neumólogo, quien no participó en el estudio.
Las histaminas aumentan el flujo sanguíneo en la zona a la que ataca el alérgeno, lo que hace que el sistema inmunológico envíe anticuerpos, desencadenando así la inflamación, ejemplificó el texto.
Por eso, muchos medicamentos para la alergia son antihistamínicos, diseñados para contrarrestar esa respuesta inflamatoria, remarcó.
Estos restringen el flujo sanguíneo, al igual que otros antialérgicos de venta libre, como los que contienen la «letra D, que es la pseudoefedrina», amplió Dasgupta.
Estrechan los vasos sanguíneos no solo de la nariz sino del resto del cuerpo, lo que puede provocar una presión arterial alta y un aumento del ritmo cardíaco, acotó.
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