Desde su perfil en Twitter, la institución cultural de la nación caribeña recomendó la lectura de la pieza teatral Gagarin. Veo la Tierra, del dramaturgo argentino Gustavo Schwartz, basado en textos de la biografía del héroe nacional y símbolo de la Unión Soviética.
Refiere la historia que el 3 de noviembre de 1957, la URSS puso en órbita la primera nave Sputnik con un ser vivo como pasajero: la perra Laika y dos años después, Yuri Gagarin era uno de los candidatos a cosmonauta en el programa espacial junto a 3500 voluntarios.
A bordo de la primera nave tripulada la ‘Vostok-1’ y lanzada hace 61 años desde el Cosmódromo de Baikonur, iba el joven de 27 años natural de la provincia de Smolensk y, según el despacho de la agencia TASS de la época, antes del despegue pronunció la emblemática frase: ‘Vámonos’.
Desde la altura cósmica, con el seudónimo poco conocido de ‘Cedro’, diría poco tiempo después: ‘Veo perfectamente a la Tierra. Estoy conmovido. ¡Qué hermosa es!’; la proeza registró tres récords espaciales absolutos: la duración del vuelo de 108 minutos, la altitud de 327 kilómetros y la carga de cuatro mil 725 kilos.
La prensa soviética recogió el interés de Gagarin por Cuba a su regreso a tierra firme y fue así como, el 24 de julio de ese año, el protagonista de la hazaña y el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, se abrazaban bajo un aguacero torrencial, en la pista del Aeropuerto Internacional de La Habana José Martí.
Testimonios de la etapa revelan cómo las principales tiendas y calles de la urbe capitalina engalanaron sus vitrinas con fotos de Gagarin y banderas y, una vez cumplido el protocolo con el cuerpo diplomático y los honores militares, ambos abordaron el auto convertible del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.
En su visita a la mayor de las Antillas, el héroe soviético intercambió con estudiantes de la Universidad de La Habana, conoció a los heridos de la invasión por Playa Girón, operación militar organizada por cubanos contrarrevolucionarios, armados y entrenados por el gobierno de Estados Unidos, en abril de 1961.
Días más tarde, desde la Plaza de la Revolución en La Habana, en el acto conmemorativo por el VIII aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el entonces presidente Osvaldo Dorticós anunció que el viajero al cosmos recibiría la Orden Playa Girón.
Tras pronunciar sus palabras de agradecimiento, Yuri Gagarin manifestó su deseo, para muchos premonitorio: ‘Yo estoy seguro de que no está lejos el tiempo en que al cosmos volarán los cosmonautas cubanos, los hijos gloriosos del pueblo cubano, para en esta rama contribuir al progreso de la humanidad’.
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