Las dos tecnologías requieren significativamente menos material y energía para su producción contra las células de silicio convencionales, lo cual posibilita que sean aún más sostenibles, precisaron los científicos implicados, bajo el liderazgo de la Universidad de Wuppertal.
“Para lograr convertir la mayor cantidad posible de esta luz solar en electricidad, las pérdidas en las interfaces entre los materiales dentro de las celdas tenían que minimizarse”, detalló la doctora Selina Olthof, del Instituto de Química Física de la Universidad de Colonia.
En consecuencia, el equipo integró una fina capa de óxido de indio en la celda solar con un grosor de solo 1,5 nanómetros, describió la publicación.
Al comienzo de este proyecto, las mejores células en tándem de perovskita/orgánicas a nivel global tenían un poder de alrededor del 20 por ciento.
Otros expertos recordaron combinaciones de materiales similares exploradas en el pasado, pero ahora –destacaron- los germanos aumentaron significativamente su rendimiento y alcanzaron un valor sin precedentes.
Las simulaciones realizadas por el equipo mostraron que en el futuro se podrían conseguir celdas en tándem con una eficiencia de más del 30 por ciento siguiendo este enfoque.
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