La fecha escogida previamente sirvió para que ocuparan sus cargos los 54 legisladores de la Cámara Alta y los 259 de los 275 que debieron escogerse para la Cámara Baja en medio de fuertes medidas de seguridad en el campamento fortificado de Afisyoni.
En el perímetro del aeropuerto de Mogadiscio, la capital somalí, se reunieron diversas personalidades, además de los diputados y el primer ministro Mohamed Hussein Roble quien mantiene su porfía con el presidente Mohamed Abdullahi «Farmajo».
Para el portal Somaliguardian, tanto Roble como el mandatario conocido como Farmajo se disputarán palmo a palmo los 16 curules pendientes en aras de adquirir más cuotas de poder.
La juramentación en medio del fuego de morteros del grupo extremista Al Shabaab, vinculado a Al Qaeda, puso fin a unos comicios largamente retrasados que debieron concluir en diciembre de 2020.
La nación del cuerno de África vivió meses de impasse político por la celebración de la justa, que debió seguir a la elección del sucesor de Farmajo, cuyo mandato concluyó hace un año, en abril de 2021. El parlamento debió renovarse a finales de 2020.
De acuerdo con informes de televisoras, no hay reportes de víctimas por los ataques que fueron reivindicados por Al Shabaab, un verdadero azote en zonas rurales del centro y sur del país, y que amplió su campo de acción hacia la capital en medio de la última fase del proceso comicial.
Los 16 cargos pendientes pertenecen a la ciudad de Garbaharey, bajo el control de las tropas leales al presidente somalí, pero las autoridades de Jubalandia afirmaron que las votaciones no podían celebrarse al alegar problemas de seguridad. «Hoy, 14 de abril de 2022, no es como cualquier otra ceremonia de juramento del parlamento somalí; de hecho, marca un gran día de alivio para todos los somalíes», tuiteó Hussein Sheikh Ali, director del Instituto Hiraal.
Como dicta la tradición, el parlamento lo presidirá interinamente Abdisalan Haji Ahmed Liban (el de mayor edad), que supervisará la elección del presidente y sus adjuntos en las votaciones que se espera para las próximas semanas.
Somalia vive bajo la inestabilidad política desde el derrocamiento en 1991 del ya fallecido presidente Mohamed Siad Barre. A la crisis política y las acciones terroristas se suma la amenaza de la sequía para siete de sus casi 16 millones de habitantes.
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