Ante el criterio de un sector de la población que no apoya a ninguno de los dos candidatos, movimiento encarnado en los últimos días por estudiantes que bloquearon universidades, el jefe de Estado rechazó que lo comparen con su rival de cara a la reedición de la segunda vuelta de los comicios de hace cinco años, cuando Macron dominó cómodo con el 66 por ciento de los votos.
Yo contradigo eso fuertemente, porque ella encarna la extrema derecha y yo estoy en el campo republicano, afirmó el mandatario en declaraciones a la cadena Franceinfo.
En ese sentido, condenó los cuestionamientos de la líder de Agrupación Nacional a la Constitución y la abolición de la pena de muerte, y la acusó de poner en tela de juicio valores fundamentales.
Por su parte, Le Pen calificó a Macron de un dirigente extremadamente autoritario y estimó que ha gobernado solo y reprimido manifestaciones sociales.
La aspirante por tercera vez al Palacio del Elíseo señaló durante un desplazamiento al sureño departamento de Vaucluse que ella no promueve un proyecto radical, y sí busca mayor democracia para Francia con el fin del sistema imperante desde hace tres décadas.
Ambos políticos ratificaron o detallaron propuestas polémicas, como la anunciada por Macron de extender hasta los 65 años la edad de jubilación.
El presidente aseguró que la reforma para el retiro será progresiva y que la pensión mínima subirá a mil 100 euros mensuales.
Le Pen subrayó su voluntad de resolver «el problema de la emigración», a partir de medidas como el tratamiento de las demandas de asilo en el exterior, la prohibición de entrada al país a las personas no autorizadas y la devolución de quienes se encuentren en una condición ilegal a sus naciones de origen.
En el ámbito de las encuestas, un nuevo sondeo de BVA otorgó al `presidente una ventaja de 54-46 por ciento en las intenciones de voto para los comicios del 24 de abril, un margen similar al reflejado en otros estudios de opinión.
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