Bajo la dirección de la primera bailarina Viengsay Valdés, la compañía estrenó exitosamente este 15 de abril una pieza de trasfondo espiritual: La Hora Novena, patrocinada por los British Friends del prestigioso conjunto danzario.
Aunque su creadora, la coreógrafa inglesa Gemma Bond, defiende el abstraccionismo, muchas imágenes de la obra sugieren una historia de búsquedas, sufrimiento y peregrinación, la cual culmina con un dramático abrazo a modo de happy end (final feliz), el anhelado por múltiples parejas.
Tanto protagonismo alcanzan los bailarines como los vocalistas del Teatro Lírico Nacional y del Teatro Lírico Rodrigo Prats, de la oriental provincia de Holguín; todos almas devotas inmersas en una creación del genio alemán Johann Sebastian Bach a partir del texto bíblico La Pasión según San Mateo.
En la sala Avellaneda del Teatro Nacional, el BNC propuso este fin de semana y, mantendrá los próximos días 23 y 24 de abril, un programa concierto de obras más cercanas al estilo contemporáneo que al clásico tradicional defendido por la compañía; pero exigentes y llamativas.
Con Sinfonía para nueve hombres, el coreógrafo estadounidense James Kelly se propuso retar el nivel técnico de esa cantidad de bailarines, hasta con una dinámica particular para cada artista en escena.
Los intérpretes de esta nueva temporada son muy jóvenes, la mayoría debe aprender aun a administrar sus energías para sostener la velocidad requerida y ejecutar el virtuosismo con brillo y en los tiempos musicales precisos; mas la sinfonía danzaria otra vez funciona para un público ávido de una descarga de adrenalina.
Si bien la imagen final del espectáculo es un tierno abrazo, no hay mejor inicio que el de la intriga, el desasosiego, una búsqueda, una obsesión; eso introduce la coreógrafa Ely Regina Hernández (primera solista del BNC) con La forma del rojo, sobre música excitante del italiano Ezio Bosso.
La obra abstracta, abierta a un sinfín de lecturas, interactúa con un cúmulo de sensaciones que provoca el color y se enriquece con los deseos que le inyectan los bailarines, quienes logran transmitir intensidad, fuerza, caracteres frecuentemente asociados al rojo.
Merecen elogios la interpretación del conjunto en el cual coexisten artistas de la talla de la primera bailarina Anette Delgado con una recién graduada de la escuela como Luisa Márquez, con coraje y profesionalismo.
Aplausos para la inmensa bailarina contemporánea que es Daniela Gómez, tan dúctil, expresiva, dramática; resulta un placer apreciar cómo cualquier pieza llega a la plenitud en sus manos. La forma del rojo y La Hora Novena la tienen de protagonista por razones idóneas.
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