Egresado de la Escuela Nacional de Arte en la especialidad de flauta, el conocido como El Tosco no solo obró un exitoso camino en la ejecución de ese instrumento, también hizo suya la consolidación de la nueva escuela de flautistas que aportan una cantera importante a las agrupaciones en la isla.
De su sólida trayectoria y aportes a la cultura hablan su paso por orquestas emblemáticas de Cuba como Los Van Van y ese All Stars que fuera Irakere, fundada y dirigida por el maestro Chucho Valdés.
Considerado artífice de la denominada Timba Cubana, El Tosco representó una de las caras más visibles del llamado boom de la salsa durante la década de 1990 junto a su NG La Banda, nombrada así por ser esa nueva generación promotora del género musical que motivaría no pocas controversias y polémicas entre varios sectores de la sociedad.
Por méritos propios, su obra mereció el Premio Nacional de Música en 2017 que, en su momento, agradeció y definió como “un granito más para engrandecer esa montaña que es la música popular bailable, este gesto me hace más fuerte y digno para seguir representando al género, y mientras la gente me quiera habrá Tosco para rato».
A horas de su partida física, músicos cubanos de todas las edades y estilos le prodigan mensajes de gratitud por tanta enseñanza y ese talento que, como instrumentista, lució en los escenarios de su país y otros continentes.
La luz de esa sonrisa, la alegría de un creador, de un compositor, maestro, soñador, el más solidario de todos, buen hijo, buen padre y tantas cosas se quedarán para siempre en la memoria de la música cubana y en este alumno que te agradecerá siempre, alegó el cantante y director de orquesta Isaac Delgado.
En palabras del virtuoso pianista cubano, Frank Fernández, «se nos ha ido otro grande, y además, un hermano de la vida. A toda su familia un abrazo de condolencia ante el dolor irreparable de esta pérdida para ellos, para Cuba y para toda la buena música del mundo».
Jamás habrá adiós definitivo para aquellos que forjaron una obra musical tan extraordinaria como la de José Luis Cortés, El Tosco. Ser de luz, melodías, alegrías. Gracias por estar y sanar a otros con tu talento. Seguirás en este plano, la música y los aportes que hiciste siempre estarán para garantizarnos eso, reconocieron los integrantes de El Septeto Santiaguero.
Sus creaciones estuvieron bordadas con la popular lírica de los barrios de la Cuba actual, lo que le granjeó seguidores y detractores dada su autenticidad, su verbo sin cortapisas que lo mismo demandaba “Ataca Chicho” o podía confirmar a sus cercanos que “estás en talla.”
Más de 40 producciones discográficas laureadas y el reconocimiento de la crítica especializada en cuanto a la ejecución de la flauta valorizan a este creador de marca mayor, cuya maestría ha sido aplaudida desde Cuba, hasta Reino Unido o Japón.
Versátil, inconforme, sincero y profundo así fue El Tosco, quien constituyó ejemplo de rigor profesional, siempre en defensa de las sonoridades que identifican a Cuba en el mundo, un genuino artífice de la cultura nacional que vive en el corazón del pueblo.
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