Para el año 1961, Mazorra contaba apenas con 22 años y recordó que cumplió funciones de vigilancia en las costas por la amenaza de los barcos norteamericanos que se desplazaban cerca de las costas cubanas.
“Con especial interés vigilábamos al barco espía Oxford que interceptaba las señales radiofónicas procedentes de La Habana”, precisó.
El 16 de abril en la despedida de duelo de las víctimas de los bombardeos del día anterior, el también director de programas de radio comentó que el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, anunció la proyección de la Onda Corta cubana, actualmente Radio Habana Cuba.
“Posteriormente mi batallón de milicias fue trasladado para la casa de los batallones en la espera de órdenes del alto mando revolucionario y de allí pasamos al Central Australia en Playa Girón”, agregó.
En la madrugada del 18 salen para la zona de enfrentamientos y, a decir de Mazorra, su primera impresión fue la de estar en medio de fuegos artificiales. En Punta Perdíz, junto a otros batallones, forman el cerco de contención a los mercenarios.
“Fue una experiencia inolvidable, marcó el carácter y el sentido de pertenencia. Ser parte de esa epopeya, vencer, es la confirmación de ir por el camino correcto”, sentenció.
A juicio del periodista cubano, el legado que esta gesta marcó para las nuevas generaciones es el compromiso de preservar cada una de las conquistas de la Revolución, en la que cada cubano tiene un lugar y un deber.
Este hombre de pueblo, radialista aficionado primero y militar de corazón, encontró su aporte en la Radio y a ella ha dedicado su vida.
A los 84 años no tiene reparos en deponer el micrófono y tomar el fusil cuantas veces sea necesario para defender esta Revolución.
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