El 24 de abril de 1965 militares y civiles unidos se lanzaron a las calles para reponer al presidente constitucional, Juan Bosch, derrocado por un golpe castrense inspirado desde el exterior.
Después de violentos enfrentamientos, los denominados constitucionalistas triunfaron y entonces el gobierno de Estados Unidos intervino para aplastar el movimiento.
La lucha popular contra la injerencia militar foránea se convirtió en guerra patria y el conflicto duró hasta las negociaciones, de las cuales salió el compromiso de organizar elecciones.
Al año siguiente, con el país ocupado por tropas estadounidenses, bajo la bandera de la Organización de Estados Americanos, hubo comicios en que fue electo Joaquín Balaguer, un antiguo servidor del dictador Rafael Leónidas Trujillo,quien instauró un régimjen despótico de 12 años consecutivos.
Con varias actividades, este domingo los dominicanos recordaron la fecha de la mencionada acción considerada uno de los hechos más trascendentales de esta nación.
Una misa en la catedral Primada de América efectuada con una nutrida representación de combatientes de aquella contienda, familiares de los caídos y pueblo en general, dio inicio a las actividades.
Posteriormente se llevó a cabo una marcha desde la catedral hasta el edificio Copello, donde estuvo el Gobierno encabezado por el coronel Francisco Alberto Caamaño (1932-1973), ocasión en que usaron de la palabra varios oradores, entre ellos, Bonaparte Gautreaux, recién galardonado con el Premio Nacional de Periodismo.
Y como colofón de los actos de la mañana, fueron colocadas ofrendas florales en la estatua erigida a Caamaño en la céntrica Puerta del Conde, lugar en el cual hubo discursos de Aníbal López, Claudio Caamaño y de Vicenta Vélez, compañera de Caamaño.
Al recordar las acciones de los últimos días de abril, Vélez señaló este era un día especial para recordar, pero también para seguir adelante porque aquí «entre todos nosotros hay patria».
Recordó los momentos en que los revolucionarios venían hasta “este lugar” para respaldar al pueblo y decir: “nosotros no nos rendíamos y a este pueblo había que respetarlo».
Vélez dijo como era importante que nuevas generaciones conocieran su historia y de las cosas hechas por este pueblo para así poder continuar sus luchas
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