Durante la inauguración de la cita, Viera agradeció el nombramiento de La Habana como Ciudad Invitada de Honor y resaltó la relevancia de la Feria, considerada una de las más importantes de su tipo en Hispanoamérica.
Mostraremos a más de un millón de personas que visitarán este recinto a partir de hoy, lo mejor de la capital de Cuba, que enamoró a Ernest Hemingway en su larga temporada de escritura, señaló.
Traemos, en los nuevos autores, la reencarnación respetuosa de Roberto Fernández Retamar y otros clásicos como José Martí, Virgilio Piñera, Nicolás Guillén y Alejo Carpentier. Con nosotros viene toda la historia enriquecida con publicaciones contemporáneas y el corazón, aún latiendo en las calles de La Habana, de su fiel enamorado, Eusebio Leal, añadió.
La coordinadora de Objetivos y Programas del Gobierno Provincial de la principal ciudad cubana aseguró que la Filba es una muestra de la buena voluntad de unir las culturas de los pueblos y agradeció la colaboración de la Fundación El Libro, de Argentina, para la participación de la isla en la muestra expositiva y en los programas para autores y profesionales.
Por otra parte, recordó que, desde 1982, La Habana organiza otra de las ferias más importantes de la región, donde cada año es presentada toda la producción editorial de la isla y Latinoamérica.
Su trigésima edición comenzó el 20 de este mes y rinde homenaje a Carilda Oliver, Jesús Orta Ruiz y Nicolás Guillén.
Cuba acude a la Filba en circunstancias extraordinarias debido a los efectos de la pandemia de Covid-19 y a las consecuencias del bloque económico, comercial y financiero de Estados Unidos, cuyo impacto en la industria del libro ascendió en 2021 a más de 20 millones de dólares, indicó Viera.
Asimismo, denunció que Washington destinó ese año cinco millones de dólares a medios de prensa, editoriales y autores implicados en su guerra cultural contra la nación caribeña.
Quienes están en el stand de La Habana y los recibirán en las diferentes salas de este recinto y en otros escenarios de Buenos Aires, viajaron con limitados recursos aportados por el pueblo. Ellos son sus legítimos representantes. No los financia ningún gobierno extranjero ni usan su indudable libertad creadora para pedir la destrucción de su patria, apuntó.
En ellos se reflejan, únicos e irrepetibles, mi país y su capital. Todo lo demás que se diga es ofensa, odio, mercenarismo y apostasía. Cuba vive en su literatura y su arte, también para el mundo, concluyó.
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