Es una de las cinco áreas protegidas administradas por la Empresa Flora y Fauna Sancti Spíritus, colectivo Vanguardia Nacional por 29 años consecutivos, y principal destino de naturaleza del municipio espirituano, donde además se impulsan diversos proyectos.
Oliver Valle, especialista principal de conservación, explicó a Prensa Latina que se fundó en 1989 como Área Protegida de Recursos Manejados y años más tarde pasó a ser reserva ecológica, la segunda categoría que otorga el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
En la flora se registran más de mil 200 especies, de ellas 268 endémicas de Cuba y dentro de estas hay 90 con diferentes categorías de amenaza: en peligro crítico, en peligro y vulnerables, mientras que cuatro son endémicas locales, subrayó.
De las 90 trabajamos con cuatro en el proyecto Rescate de especies amenazadas de la flora: con la Magnolia cubensis o mantequero, la sabina (nombre común), el huevo de gallo y el nogal del país, dijo.
Otros proyectos son Enriquecimiento de bosques, Manejo de la regeneración natural, Educación ambiental, Manejo de cavidades para los psitácidos (cotorras y cateyes), y Manejo y control de las especies invasoras de la flora, como el marabú y el tulipán africano.
Nos ocupamos en total de 10 proyectos, tres referidos al trabajo directo con la flora, y en la Lista Roja aparecen las 50 especies más amenazadas de Cuba, entre ellas las cuatro citadas, detalló.
La fauna abarca unas 500 especies –dato que reafirma Yixsy Urquiza, especialista en fauna- y de ellas las aves con 88 especies reportadas.
Esta reserva consta de seis mil 138 hectáreas y comprende territorios de tres municipios de la provincia (Sancti Spíritus, Fomento y Trinidad), comentó.
Por su parte, Dania Brito, técnica en Relaciones Públicas para el Turismo, dijo que el turismo de naturaleza cuenta con el sendero Ecoalojamiento Jarico a la cascada La Bella, otro hasta La Sabina y de aquí a Hoyo del Naranjal y luego al punto de partida.
Tenemos en este Ecoalojamiento capacidad de hospedaje en siete habitaciones climatizadas, con televisión y refrigerador, sumado al restaurante, bar, mesa de billar y lobby del lugar, señaló.
Otro centro, destacó, es el Ecoalojamiento La Sabina, con cuatro habitaciones y a unos seis kilómetros del anterior, está encima de una loma y su nombre corresponde al de una planta.
Los visitantes pueden observar especies como el tocororo –ave nacional-, y plantas endémicas y en peligro de extinción, subrayó.
La cascada La Bella, como su nombre lo indica, es preciosa y para llegar hasta ella se atraviesa por pasarelas hechas con ecomadera, a partir de desechos plásticos muy resistentes al clima.
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