En una sesión del Comité de Naciones Unidas Contra la Tortura, la delegación de la isla estuvo encabezada por Rodolfo Benítez, director general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería, quien presentó el informe ante los 10 expertos del órgano.
El texto recoge el amplio y sólido sistema de leyes, normas, regulaciones y políticas que garantizan en el país caribeño la protección integral de las personas, conforme a lo dispuesto en la Convención a la que Cuba se incorporó en mayo de 1995.
Benítez explicó en el foro las acciones concebidas y ejecutadas para prevenir que en el territorio nacional ocurran actos de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes, los cuales eran frecuentes antes del triunfo de la Revolución de 1959, que los erradicó.
Esas deplorables prácticas sólo se han mantenido en los últimos años en la porción del territorio cubano ocupado ilegalmente por la Base Naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo, denunció.
Los expertos del Comité en sus comentarios reconocieron los resultados de la isla en el apego a las disposiciones de la Convención, pese al contexto hostil en el que se desenvuelve, marcado por el bloqueo económico, comercial y financiero que le impone Estados Unidos desde hace más de seis décadas.
La delegación integrada, además, por especialistas de la Fiscalía General de la República, el Tribunal Supremo Popular, el Ministerio del Interior y el embajador ante ONU-Ginebra, Juan Antonio Quintanilla, reiteró que en Cuba no hay ni habrá espacio para la impunidad ante hechos tipificados en la Convención contra la tortura, ni leyes o reglamentos que la amparen.
Asimismo, expresó que está preparada para evaluar las recomendaciones del Comité, que ha debido trabajar bajo las persistentes campañas de difamación y tergiversación diseñadas, financiadas y ejecutadas para agredir a la mayor de las Antillas desde Estados Unidos.
Benítez afirmó que con su participación en este examen periódico, Cuba subraya su compromiso y voluntad de cooperación con los mecanismos de derechos humanos de la ONU, sobre la base de un diálogo respetuoso y constructivo y del pleno respeto a la soberanía, la independencia y la autodeterminación.
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