De ese total, mil 924 fueron declarados muertos o desaparecidos en las rutas del Mediterráneo central y occidental, y mil 153 perecieron o desaparecieron en la ruta marítima del noroeste de África hacia las islas Canarias, declaró Shabia Mantoo, portavoz de Acnur, con sede en esta ciudad suiza.
Ante ese escenario la dependencia de la ONU pidió a los gobiernos desarrollar «alternativas» para que los refugiados y migrantes no embarquen en viajes que los pongan a merced de los traficantes.
La pandemia de la Covid-19 y el cierre de fronteras tuvieron impacto sobre los flujos migratorios pues muchos recurrieron a vías ilegales para intentar llegar a Europa.
El informe de Acnur recordó que la mayoría de las travesías por mar se realizan en embarcaciones abarrotadas y en mal estado, y muchas naufragan en el intento.
La ruta del Mediterráneo central es la más mortal del orbe pues datos recopilados desde 2014 muestran 17 mil muertos y desaparecidos en esa vía marítima.
Esa dependencia de la ONU solicitó 163,5 millones de dólares en ayuda para proteger a miles de refugiados y otras personas que intentan llegar a Europa a través de “las peligrosas rutas marítimas del Mediterráneo central y occidental y del Atlántico”.
La inestabilidad política, los conflictos, el deterioro de las condiciones socioeconómicas y el cambio climático son factores que podrían provocar un aumento de la migración hacia el continente en los próximos años, agregó la Acnur.
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