El más importante evento de las artes contemporáneas en la isla transcurrió desde el 12 de noviembre de 2021 bajo el lema Futuro y Contemporaneidad y con la participación de más de 300 artistas de todos los continentes.
La cita aconteció pese a las campañas mediáticas orquestadas para boicotear su celebración, que movilizó a la comunidad internacional y reunió más de mil firmas de artistas e intelectuales de 45 países en la declaración Sí a la Bienal de La Habana.
El texto devino respuesta contundente de artistas visuales, galeristas, escritores, pensadores y politólogos del mundo que aspiraban a reencontrase en la capital cubana luego del aislamiento social impuesto por la Covid-19.
Podemos asegurar que la decisión de celebrar la Bienal respondió a los deseos de creadores y amigos, al imperativo de estabilizar su periodicidad bianual y a la vocación universalista y de cultura abierta que caracteriza a la isla, afirmó su director Nelson Ramirez de Arellano.
Ramirez de Arellano insistió en que el evento está alejado de toda actitud colonial, de violencia e injusticia en cualquier parte del mundo y alegó que aquel llamado a su cancelación empaña el deseo legítimo de quienes procuran socializar sus obras y debatir.
Tras la primera experiencia, titulada Preámbulo, los organizadores destacaron su poder de convocatoria que logró reunir a personalidades de diversos campos del pensamiento y conocimiento a escala internacional.
La presidenta del Consejo Nacional de Artes Plásticas, Norma Rodríguez Derivet, ratificó que aunque las condiciones obligaron a llevarlo en gran medida de manera virtual, se convirtió en un hecho valioso de gran alcance.
La muestra colectiva Caminos que no conducen a Roma. Colonialidad, descolonización y contemporaneidad, en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, exploró sobre aspectos que se han expandido hacia nuevas concepciones asociadas, sobre todo, a relaciones de poder.
El segundo ciclo La Habana de la Bienal privilegió la creación artística gestada por noveles y consagrados artistas de la nación en muestras como Volver a la tierra, Imaginarios visuales femeninos, Disonancias, Islas, Detrás del muro y A fin de cuentas.
De este período sobresale el megaproyecto Manifiesto, del artista Alexis Leyva Machado, más conocido como Kcho, que comprende 10 esculturas de gran formato de acero corten hechas en España en 2017 y 2018.
Kcho aseguró que el trabajo dialoga con temas que le motivan relacionados con la identidad y la emigración, los cambios del ser humano cuando abandona su lugar de origen, del valor de los recuerdos.
Regreso al Porvenir fue el último ciclo de la cita y abrió con una muestra homónima en la Estación Cultural de Línea y 18 que relacionó obras de 37 artistas dispuestos a “hurgar en caminos transitados para buscar en el pasado respuestas a los tantos conflictos de hoy”.
Al decir de Rodríguez Derivet, el evento siempre ha querido ser un laboratorio vivo, más allá de museos y galerías y en esta edición demostró su poder de convocatoria y se impuso ante los obstáculos y campañas que pretendían boicotearlo.
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