En la clausura, los alumnos coincidieron en ser transformadores de la sociedad y construir la Américas soñada.
Nos queda la meta de parecernos cada día más a los soldados eternos de nuestros pueblos, precisó en su discurso el presidente de la Oclae, Leonel Pérez.
Ha constituido esta escuela, dijo, una verdadera fragua de pensamiento antimperialista, antineoliberal, y un espacio de igualdad, hermandad, solidaridad y unidad continental.
Una de las misiones de los miembros de la Oclae es sentir nuestra cada causa justa y el dolor de cualquiera en cualquier parte del mundo, afirmó.
Bajo este principio, los recién formados se pronunciaron por el fin del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, la total soberanía del Pueblo Saharaui, la independencia de Puerto Rico, la paz y la justicia social para Colombia, el cese de la subvención en Venezuela, así como la defensa del medio ambiente y la igualdad de género, entre otras causas.
Al mártir puertorriqueño José Rafael Varona rindieron homenaje y el juramento eterno de que la juventud caminará junto a su pueblo hasta conquistar los sueños.
La profesora Leydis Cruz explicó a Prensa Latina que los jóvenes recibieron clases sobre liderazgo, retos de las luchas emancipatorias latinoamericanas en el contexto actual, y cómo articularse para lograr mayor unidad en la diversidad.
Confirmó que uno de los logros fue el vínculo y la solidaridad entre ellos a partir de las historias de vida en el contexto de las luchas de cada país.
El próximo paso es replicar lo aprendido en sus naciones porque, como acotó el presidente de la Oclae, los pueblos que no escuchan los reclamos de sus estudiantes corren el peligro de quedarse sin futuro.
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