Desde el pasado 31 de marzo la muestra permaneció en el Palacio de Rumine, un edificio del siglo XIX de estilo florentino renacentista en la ciudad de Lausana, hasta este 2 de mayo, conformada por una selección de imágenes y documentos distribuidos en 16 carteles.
En declaraciones a Prensa Latina, González mencionó que Favez era desconocida en Suiza hasta la emergencia de su estudio realizado en la nación caribeña y explicó que ella protagonizó el juicio más escandaloso del periodo decimonónico.
“Fue la primera mujer que ejerció la medicina en América. A su país natal le llamó la atención que esta viajera, una de las más interesantes del periodo, fuera de allí. Durante una visita a esa nación europea percibí la ausencia en el Museo de Antropología de Lausana de una nota u otra referencia sobre su figura”, refirió.
Era totalmente desconocida, expresó el doctor en Ciencias Históricas, de ahí surgió el espíritu de la exhibición, concebida desde su nacimiento en ese lugar en 1791 y el proceso en la isla, así como sus viajes por Veracruz, México, Nueva Orleans, Estados Unidos, y Guadalupe.
La exposición llegará también a Cuba, estará en La Habana durante el mes de junio y luego arribará a Baracoa, ciudad de la oriental provincia de Guantánamo e imprescindible en la vida de la médico, donde quedarán de manera permanente algunos de los carteles.
“Constituye una gran oportunidad de transmitir la historia mediante la impronta de féminas célebres del siglo XIX y visualizar los estudios de género que hacemos en Cuba y América Latina. Tuvo mucha repercusión en Suiza, devino en un evento nacional e incluirán una tarja en la casa donde nació”, señaló el escritor.
El académico puntualizó los emblemas que, desde la isla, aluden a Favez, entre ellos, su escultura en la Alameda de Paula, realizada por el maestro José Villa Soberón y Gabriel Cisneros e insignia de su dignificación en esta tierra como mujer y médica.
Gracias a la coordinación con el desaparecido Historiador de La Habana, Eusebio Leal, la pieza de tamaño real, trabajada en bronce, actitud erguida y con una pose casi en movimiento permanece en el espacio donde existía el Hospital de Paula, donde estuvo presa y desde allí fue deportada a la ciudad de Nueva Orleans.
A juicio González, la figura resulta una bienvenida 200 años después a este país y la muestra un debate entre numerosos sitios del mundo por las reivindicaciones de género.
En este sentido, Favez trasciende como símbolo de la colaboración bilateral pues intervino en la atención del pueblo afrodescendiente de Baracoa, mediante servicios sanitarios gratuitos, más allá del escándalo que supuso su casamiento con una mujer y el juicio en su contra.
El autor presentó su investigación hace 16 años en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra y, posteriormente, representó una plataforma para numerosos artistas interesados en la impronta de la médica suiza y originó valiosos productos audiovisuales sobre el tema.
El experto mencionó el documental denominado Enriqueta y Adela, de Rolando Almirante, la película Insumisas, realizada por Fernando Pérez y Laura Cazador, la canción Libertad Disfrazada, de la autoría de la rockera Tanya, y la obra teatral Favez, de los actores Liliana Lam y Alberto Corona.
“Las personas con un amor difícil o imposible van y le colocan dos girasoles a la estatua, es decir, ya tiene una mística popular significativa. Una obra similar estará colocada en Baracoa en el mes de noviembre. El libro Por andar vestida de hombre está actualmente en proceso de traducción al francés”, concluyó.
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