Al término de una reunión de cancilleres de Centroamérica y el Caribe, con la presencia del Alto Representante de Relaciones Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Josep Borrell, la titular del ramo anfitriona Erika Mouynes adelantó que de esa manera se incrementa la capacidad de gestión del medio ambiente, mitigación de efectos del cambio climático y alertas tempranas de desastres naturales.
En conferencia de prensa, también Borrell aplaudió este acuerdo que será suscrito entre la cartera de Exteriores de Panamá y la Dirección General de Defensa y del Espacio de la Comisión Europea, de la cual es vicepresidente.
“Se trata de una constelación de satélites, como grandes ojos que nos permiten ver y no pueden imaginar con qué precisión se ve, lo que pasa en la tierra. Y eso se puede utilizar para fines militares, pero también para fines civiles”, dijo para dejar todavía más claro el asunto.
Borrell precisó que sellarán el acuerdo de colaboración administrativa sobre el intercambio de datos de la constelación de satélites “Sentinel” de Copernicus, para el cual la UE ya ha aprobado fondos con el fin de cofinanciar el centro y el cable de alta capacidad Bella.
De esa manera interactuarán instituciones educativas y científicas del Viejo Continente y Latinoamérica, embrión de los que será la futura alianza digital entre la UE y América Latina y el Caribe, agregó.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Belice, Eamon Courtenay, que ocupa la presidencia pro témpore de la Comunidad del Caribe, insistió en que en tiempos difíciles tras la pandemia de Covid-19 y ahora el conflicto entre Ucrania y Rusia se necesita mayor apoyo a los países más vulnerables.
Se refirió a los retos comunes que enfrentan en materia económica, tras el auge de los precios de combustible y el encarecimiento de los alimentos y la energía, al tiempo que instó a la UE que hiciera su parte en esa contribución para consolidar además la cohesión social y el enfrentamiento a la migración irregular.
Sin dar más detalles, Borrell anunció que espera alistar en el segundo semestre de 2023 una cumbre de la UE con América Latina que no se realiza desde 2015, para dar impulso, dijo, a una agenda común, con temas como migración, seguridad democrática y lucha contra el crimen organizado.
“Hay que poner más a América Latina en la pantalla de radar de la Unión Europea, no como una amenaza sino como una oportunidad», dijo a comunicadores al salir de la rueda de prensa en referencia a lo que llamó una preocupación lógica y comprensible de lo que pasa en las fronteras de Europa del Este, en alusión del conflicto entre Ucrania y Rusia.
Con excepción de Nicaragua, trascendió, las delegaciones asistentes a este primer encuentro en la composición del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) -cuya presidencia pro témpore ocupa Panamá-, y las de Caricom, respaldaron las iniciativas de Borrell para responsabilizar a Moscú de la crisis en Ucrania y apoyaron un nuevo paquete de sanciones al sector bancario y energético del país euroasiático.
Interpelado por la prensa sobre el alcance de esas sanciones, Borrell se limitó a decir que todavía el Grupo de los 27 delibera sobre las medidas, pero dijo sentirse seguro que en el caso de las limitaciones a la importaciones de petróleo ruso podría ser un hecho en el próximo Consejo de Ministros de Exteriores de la UE, a saber, los días 16 y 17 de mayo.
La estadía de Borrell en Panamá fue repudiada por movimientos populares como el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales, el sindicato de los constructores y estudiantes, entre otros que se congregaron frente al hotel Grand Sheraton de esta capital, para protestar contra la injerencia de quien consideran vocero de la OTAN, las políticas belicistas de Estados Unidos y promotor de la guerra.
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