Gianni Vera, su esposo, accedió a conversar con Prensa Latina cerca de la puerta del servicio de quemados del Hospital Universitario Clínico Quirúrgico Calixto García, en La Habana, donde llevaba tiempo de espera.
Según confesó, aguardaba para verla al menos unos minutos antes de que la trasladaran al Instituto de Neurología a realizarse unas pruebas, en esta mañana del lunes, más que calurosa.
Dianelys, de 45 años de edad, conoció de una convocatoria para cubrir una plaza en el departamento de Contabilidad del emblemático hotel, pues ya había decidido darle un rumbo a su vida profesional.
Fue entonces que vino desde Artemisa para una entrevista de trabajo en el Saratoga, la cual estaba prevista para el miércoles, pero finalmente fue el viernes.
La madre de dos hijos, al igual que las demás víctimas, no esperaban un episodio tan aterrador en su vida, pero sucedió, y desde entonces es atendida con esmero y dedicación por parte del personal especializado de la sala antes mencionada, expresó Vera.
El rostro de Gianni y de otro familiar cambió cuando la psicóloga y su colega le informaban que Dianelys, a pesar de las molestias ocasionadas por las lesiones, tenía buen ánimo, disposición, confianza y seguridad de su pronta recuperación, algo muy positivo en la condición de estos pacientes, tras vivir una tragedia como esa en su vida.
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