El informe de Senacyt precisa además que el istmo marcha rezagado en el porcentaje de inversión del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia.
En declaraciones al diario La Prensa, el experto Omar López, de esa entidad, indicó que independientemente de la cifra que se utilice, Panamá tiene un déficit importante en la representatividad científica dentro de la sociedad.
La definición consensuada —para efectos de evaluación— para un investigador no es solo que trabaja en la búsqueda de nuevos conocimientos,procesos, métodos, sino que genera productos tangibles tales como artículos científicos, capítulos, libros, patentes, desarrollos tecnológicos u otros documentos.
Para el titular de la Senacyt, Eduardo Ortega, la cifra de mil investigadores por cada millón de habitantes es una media mundial que busca reflejar, como indicador, el grado de incidencia que tiene la comunidad científica en una sociedad.
Por debajo de este número la ciencia está subrepresentada, remarcó.
Ortega atribuyó la baja cantidad de investigadores a que la agenda de pesquisas científicas es joven, ya que fue a mediados de la década de 1970 que se creó el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá.
Una década más tarde, en 1980 se fundó la vicerrectoría de investigación de la Universidad de Panamá y la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia; seguido en 1990 con la transferencia del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud a manos panameñas.
Apenas en 1997 se crea la Senacyt, precisó.
Otra razón es que la gran mayoría de investigadores ha tenido que formarse fuera del país en estas carreras, a costo propio o del Estado, con una inversión alta, y que toma de seis a 10 años para su formación con suficiente experiencia.
Tanto López como Ortega Barría consideraron en sus declaraciones al rotativo que mientras la investigación científica no se incorpore en el ADN de las instituciones —como hospitales, universidades, empresas privadas e institutos similares— el país continuará estando en deuda con la importante rama de la sociedad.
Entre las estrategias adoptadas frente a este déficit, señalaron las convocatorias para fomentar el interés por la investigación en edades tempranas, a través de programas como Jóvenes Científicos, Feria Científica del Ingenio Juvenil, entre otras.
Otro desafío del sector es lograr hasta el uno por ciento del PIB en inversión para ciencia, tecnología e innovación, promesa de campaña del actual gobierno de Laurentino Cortizo.
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